Biocarburantes, una alternativa limpia y ecológica a los combustibles

Aunque España se comprometió a cumplir con la directiva europea que obliga a que a finales de este año el 2% del consumo de combustible del sector transporte sea ecológico, las previsiones de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) indican que en el mejor de los casos se situará en el 0,8% de la cuota de mercado. Para aumentar el consumo, la APPA ha elaborado la «Estrategia de Biocarburantes para España 2005-2010», que insta a las administraciones a que impulsen este tipo de combustibles. Entre las medidas que se proponen destaca obligar a las empresas petrolíferas a que establezcan cuotas de venta de biocarburantes, que la industria automovilística garantice su compatibilidad con los motores, que se fomente su uso por parte de los vehículos públicos y que existan incentivos fiscales que aseguren la competitividad del sector. Igualmente, se propone aumentar la superficie de cultivos energéticos, simplificar los procedimientos para solicitar ayudas y fomentar la recogida de aceites usados. Biodiesel y bioetanol son los principales carburantes ecológicos utilizados para el transporte. El primero se produce a partir de plantas oleaginosas (colza, girasol) o de aceites usados empleados en la cocina, y se utiliza mezclado con gasolina. El segundo se obtiene tras la fermentación de cereales o remolacha, ricos en azúcares o almidón. En la actualidad, existen en España siete plantas de biodiesel, con una producción anual de más de 150.000 toneladas, y dos de bioetanol que superan las 250.000. Para finales de año está previsto que entren en funcionamiento otras tres de biodiesel y una de bioetanol, esta última en Babilafuente (Salamanca). Actualmente, hay en Castilla y León una decena de estaciones de servicio en las que se puede repostar biodiesel por cualquier tipo de vehículo, sin necesidad de realizar modificaciones en el motor. Se trata del Bionor MX15, fabricado por Bionor Transformación, S.A., y compuesto por una mezcla de gasóleo convencional (85%) y biodiesel vegetal (15%). Se obtiene a partir de aceites vegetales (girasol, colza, soja, oliva) y su producción apenas genera emisiones ni residuos. Además, no contiene azufre ni cloro, no emite CO 2 ya que la cantidad de este gas contaminante es la misma que consumieron las plantas durante su crecimiento, y es biodegradable (en caso de derrame accidental desaparece en menos de un mes). Finalmente, su combustión reduce a la mitad las emisiones de CO, partículas y humos.