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Clausurada la primera empresa española por no cumplir con Kioto

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F. González - león
León

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La Generalidad de Valencia ha decretado el cierre cautelar de la empresa Vidrios Beniganim por incumplir con el Protocolo de Kioto al no haber pedido autorización para la emisión de dióxido de carbono en su proceso de fabricación, tal y como se exige a las empresas que más contaminan. Se trata de una medida sin precedentes en España con la cual se pretende evitar las emisiones ilegales de CO 2 vulnerando la normativa estatal que establece las cuotas de emisión de las empresas que más producen, entre las que se encuentran las vidrieras. Las industrias tenían de plazo hasta el año pasado para inscribirse en Registro Nacional de Asignación de Derechos de Emisión (PNA) y a partir del pasado uno de enero se cerraba el plazo para que recibiesen de sus distintas administraciones autonómicas el permiso correspondiente para emitir. Según se indica desde la citada Generalidad, como la empresa ejerce su actividad sin la citada autorización, está infringiendo la normativa, lo que constituye una falta muy grave cuya sanción conlleva el cierre cautelar hasta que cuente con la autorización de emisión, así como una sanción económica que oscila entre 50.001 y 2 millones de euros. El PNA para el periodo 2005-2007, cuyos objetivos son reducir los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático y cumplir con los compromisos asumidos por España con el Protocolo de Kioto, contempla, en una primera fase, rebajar un 0,2% el volumen de emisiones respecto a las del año 2002, dejando para el año 2008 el esfuerzo final, cuando los gases emitidos no deberán incrementarse en más de un 24% respecto a los de 1990. Para ello, se decide una asignación anual para los sectores afectados de 160 millones de toneladas de derechos de emisión, además de una reserva de 5,42 millones para «nuevos entrantes» (instalaciones que entren en funcionamiento en ese periodo). El plan se aplica a las emisiones de dióxido de carbono procedentes de cerca de un millar de instalaciones que afectan a los sectores de generación eléctrica, refino, siderurgia y coquerías, cemento, cal, vidrio, ladrillos y tejas, azulejos y pavimentos cerámicos, esmaltes, papel y pasta, y a cogeneraciones de más de 20 megavatios de sectores distintos de los anteriores. El texto aporta, además, propuestas en otros como el transporte, el residencial, el comercial, el institucional, el agrario y la gestión de residuos. Las empresas afectadas deberán invertir en tecnología y utilizar materias que contaminen menos, o bien, compensar el exceso de contaminación mediante la compra de derechos de emisión en el mercado europeo de las toneladas de CO 2 que otras industrias no utilicen y pongan a la venta.

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