Luz que acaricia y envuelve
Benito «Escarpizo» dona el trabajo artístico de elaboración de dos vidrieras de la escalera del Ayuntamiento de Astorga que completan una obra suya anterior
La subida a la segunda planta del edificio consistorial astorgano, cuajada de piedra, es más cautivadora desde hace unos días. Dos vitrales completan sendas ventanas de la escalera, y suponen, en un caso, un homenaje vegetal y acuático a la ciudad, y, en otro, una alusión evidente a su escudo y al pasado milenario que lleva a cuestas. Su autor, Benito Escarpizo , quiso con ellas «crear un clima cálido de luz de oro», y lo ha conseguido, mediante una compleja técnica. El esmalte y la cocción a fuego, con grisallas; el montaje en bastidor; y la conservación de la luna blindada exterior para evitar acciones vandálicas y tensiones por efecto de la luz o el aire, proporcionaron un resultado casi mágico, más perceptible desde el interior del edificio centenario. Escarpizo donó el trabajo artístico de creación de los vitrales, que completan otro situado en la antesala de la alcaldía, y que combina símbolos alusivos al pendón de la batalla de Clavijo y al escudo del marqués de Astorga. Esta obra, realizada con la colaboración de su alumna Pilar Blanco, fue cedida en las mismas condiciones que las dos que ayer presentó el alcalde astorgano, Juan José Alonso Perandones, en compañía del autor. El regidor mostró su satisfacción por la generosidad del creador cepedano, destacó «la nueva calidez que la luz interior del ayuntamiento ha cobrado», y recalcó «la importancia de que un artista de la tierra deje en época contemporánea su sello en un edificio tan significativo, que completa otros trabajos que lega a la ciudad». Las vidrieras permanecerán para la posteridad vinculadas a las que Escarpizo realizó para la catedral o las iglesias de Santa Marta y San Bartolomé.