Diario de León

Gente de aquí | Un paseo por el pasado

De cuando el campo era verde

Artesanos de la provincia protagonizan una demostración de antiguas artes manuales, como preludio al día grande para la semana de la recolección, que se celebra hoy en La Candamia

León

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La última artesana que trabaja la paja de centeno se llama Jacinta Ferrero. Tan pronto confecciona cestas de fruta, como cajas. Lo mismo hace marcos para fotos que recipientes diversos. Nació de Velilla de la Reina, pero ayer, por unas horas, residió en León, y aposentada a la vera de La Candamia, dejó su nombre, siquiera de forma testimonial, en el programa de actividades de la fiesta de la recolección que hasta el próximo día 29 (San Miguel Arcángel mediante) se celebra en la capital. Jacinta se marcó una exhibición de cinta digna de video. Consiste en tomar la parte más ancha de la paja de centeno. Humedecida y abierta, se diseñan con ella toda suerte de cruces, rombos o cuadrados, que atados y cosidos convenientemente, conforman tantos usos como gustos tenga el consumidor. La deliciosa demostración artesanal en los huertos devolvió la vida de hace treinta años a la más rabiosa actualidad por un día. José Rodríguez, que hizo patria de su Matalobos del Páramo natal sacó la cacha y... enseñó a todo el mundo como fabricar a mano esa tercera pierna auxiliar que, durante tantos años, ha surcado de huellas las calles de los pueblos y los caminos de las fincas. Una vara de negrillo sometida a temperatura adecuada y moldeada con una hora de trabajos forzosos en el potro, deja casi listo el material, para que los alambres hagan sus últimos retoques (se ata la punta y se tensa luego el cable para redondear el mango). El resto es cosa de la naturaleza. Y de los años, que viene a ser lo mismo. Titulares de huertos El apartado de los titulares de huertos dejó tres pinceladas peculiares para dar luz a una tarde que solamente ensombrecieron las nubes. Alonso Viñuela se desplazó desde Solana de Fenar para enseñar a confeccionar cestos de mimbre a cuantos voluntarios quisieron preguntar por el noble arte de tal, Lázaro Robles acudió a la capital desde Riego del Monte, decidido a escrutar los designios ocultos del arte del escriño (una suerte de recipiente muy usado en las pequeñas localidades) y en el cierre del evento, Aurora envolvió con aires de Urdiales del Páramo el noble arte de trabajar las flores de tela rizada, con una barra de hierro calentada a fuego, de la que surgen luego mil formas, como si en realidad, hubiera una sartén de por medio y más que ropa, se trabajaran postres. Hoy se celebra el día grande, con un acto religioso en la parroquia de Santo Toribio, un vino español y hasta un concurso de flanes caseros.

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