¡Que viene la OPA!

LO DICE la copla: «¡La OPA ha venido y todos saben para qué ha sido!». Dicen, los que de verdad entienden de estas cosas de feriantes al por mayor, que la OPA viene a ser algo así como si una partida o grupo o banda de señoras bien aseñoradas pretendieran serlo más, para lo cual necesitan quitarle los dineros al compadre de al lado. Para ello basta con proponerle un trueque: «Tú me cedes el negocio que regentas y a cambio yo te doy un puñado de denarios». Y entre el asaltante y el asaltado, pero menos, se entabla un debate ferial, como cuando la gitanería de la época del Camborio regateaba por quedarse con el burro. O sea, que se trata de una cuestión de dineros. Es decir, de poder, porque el mando, el dominio se tiene cuando se dispone de los dineros suficientes para epatar a los vecinos. Parece ser que una empresa, grupo de presión, o cueva de manipulaciones que domina el negocio del gas natural, le ha puesto los puntos de la OPA a Endesa, que es otro grupo o bando del cual dependemos para ver lo que hay que ver. La Eléctrica Endesa, al parecer está dispuesta a morir con los voltios puestos antes que entregar sus titulaciones, su poderío y sus dineros al tiburón que amenaza dominar sus aguas. Como sucede con todas las guerras, a ésta se han unido los que de verdad manejan los resortes de la vida y milagros de los pueblos: Bancos, Cajas y Centros reconocidos de usura, tal, Caja Madrid y cual, el tripartito de Barcelona. Si uno de estos combatientes por hacerse con el poder en las Españas múltiples lo consiguiera nosotros, los españoles de segunda y de tercera dependeremos de lo que el vencedor decida, sin poder evitar que aprovechando la manipulación, los índices económicos rocen la ruina total de los parias. Los gobernantes actualmente en el uso de la paz y la palabra, andan divididos, a la greña, cambiándose denuncias y acumulando pruebas de que cada uno de los contrincantes solamente pretende mantener la Sociedad del Bienestar. ¿Del bienestar para quién? De todo este trajín de la OPA, del cual los pobres y pacíficos contribuyentes no saben nada o saben lo que les permiten conocer, les llega, nos llega, tan confuso y tenebroso que tímidamente nos arriesgamos a preguntar nada a cerca del tema: «Señores de la Sala, eso de OPA ¿qué es? ¿Una operación de altas finanzas? ¿Otro negocio nada limpio? ¿Una sospechosa ratería nacional, como tantas otras cerradas a cal y canto? Y nadie contesta con la verdad, sencillamente porque los que saben lo que es eso de la OPA no declaran la verdad ni con tormento. Y en tanto seguimos los espectadores de tendido de sol el espectáculo nada ejemplar de esta pelea de rufianes de la cual no sacará el país ni la verdad ni los dineros necesarios para sostener la Sanidad pública. Y como ya es tradición entre los españoles, vuelve a dibujarse en el telón de fondo de tan abrupta cuestión, la España partida de siempre y de todos, de Franco y de Azaña, de Aznar y de Felipe, de Rajoy y Zapatero. Y el español de turno sin saber nada de nada, tirando de la cadena o preocupándose hasta la pancarta por nuestras gloriosas ruinas. La OPA viene, ¡coged piedras!