La presencia de aves en las ciudades refleja su grado de calidad ambiental
A pesar de los problemas que supone un hábitat diseñado para el hombre, muchas especies de fauna silvestre, entre ellas las aves, se han adaptado a vivir en las ciudades o las consideran como un territorio de descanso en sus viajes migratorios. Y es que al asfalto, la escasez de árboles y zonas verdes -que condicionan la falta de espacio para asentar los nidos-, así como las dificultades para obtener alimento, hay que añadir una temperatura más alta, menor humedad y niveles elevados de contaminación atmosférica, acústica y lumínica. Sin embargo, el ecosistema urbano también les proporciona ventajas. La ausencia de depredadores, la abundancia de insectos y arácnidos (la principal fuente de alimento de muchas especies) y la facilidad de desplazarse a los vertederos para encontrar alimento en abundancia, contribuyen al equilibrio biológico y favorecen el crecimiento de las poblaciones. Además, durante los últimos años se está detectando en muchas ciudades la presencia de halcones peregrinos y otras rapaces que controlan las poblaciones de ratas, ratones, palomas y estorninos. Aunque para los habitantes de las urbes el exceso de aves puede convertirse en un problema al aumentar el ruido que pueden llegar a producir algunas de ellas, así como mayor suciedad en los edificios y calles, lo cierto es que la avifauna urbana proporciona estabilidad emocional a las personas y, además, es un síntoma de la salud ambiental de las ciudades y del respeto de los ciudadanos por la fauna silvestre. De esta forma, junto a especies tan frecuentes como cigüeñas, palomas, gorriones, golondrinas, vencejos, urracas, carboneros o mirlos, también se pueden observar especies muy alejadas de su hábitat natural. Es el caso de los cernícalos que anidan en la catedral de Sevilla, las gaviotas que pernoctan en la sierra madrileña y durante el día acuden a alimentarse a los vertederos, o los estorninos y lavanderas de Salamanca. Con el fin de conocer las especies de avifauna urbana, en distintas ciudades españolas se están llevando a cabo campañas de divulgación y sensibilización. Sirva de ejemplo la iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona, que ha editado una guía de educación ambiental que recoge cerca de una treintena de especies, las más conocidas, que sobrevuelan el cielo de la ciudad condal, para que los ciudadanos aprendan a reconocerlas, admirarlas y respetarlas lo que ayudará a valorar la riqueza animal con la que conviven.