Sitúa el nivel de radiación de ondas electromagnéticas un 300% por debajo del límite legal
La patronal de las telecomunicaciones garantiza la inocuidad de las antenas
Las empresas abren una campaña para tranquilizar ante el despliegue de instalaciones
La sombra de la inseguridad acerca de las antenas de telefonía móvil no es tan alargada, según la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones de España (Aepic), como determinadas noticias han puesto sobre la mesa de la seguridad del ciudadano. Así lo intentaron demostrar sus responsables en Madrid en un encuentro para periodistas que se planteó entre los datos especializados y la explicación para el público en general. Necesarias para afrontar los retos de la Sociedad de la Información, inofensivas y ajustadas a los más bajos índices que exige la normativa, estas instalaciones fueron presentadas como una infraestructura más entre las existentes en los paisajes urbanos, aseguran. La patronal de las telecomunicaciones envió un mensaje claro: el de la inocuidad de las antenas, según explicaron sus representantes. Otra cosa es, tal y como señalaron, la necesidad de retomar una explicación y justificación de cuál es la función y de cómo esa necesidad se afronta dentro de los parámetros de seguridad y legalidad. Por todas estas razones, la Aetic pretende con este tipo de presentaciones ante la sociedad en general, atajar las dudas de los detractores de la presencia de antenas de telefonía en los tejados, y otras ubicaciones, en zonas urbanas. Narcis Cardona, catedrático del Departamento de Comunicaciones de la Universidad Politécnica de Valencia, ofreció un dato presentado como abrumador: «El nivel de radiaciones de ondas electromagnéticas está por un trescientos por ciento por debajo del que exige la normativa», afirmó en su ponencia para corroborar que, no sólo se respeta la legalidad, sino que no se juega en términos límite. Para la patronal de telecomunicaciones este hecho es sólo un reflejo del compromiso adquirido con la sociedad, así como la eficacia y avances con los que se trabaja en la actualidad en este sector. Sin contacto no hay riesgo El tono pedagógico necesario para darse a conocer en los ámbitos urbanos y las zonas en las que se puede producir algún tipo de afección, por cercanía, o por la presencia directa de las antenas, fue abordado por otros expertos que analizaron la situación actual de un sector que ha pasado de ser emergente para convertirse en punta de lanza de las necesidades actuales y un referente de progreso. Para María Jesús González, segunda ponente de la jornada, no es necesario caer en posturas demagógicas que pueden conducir a la confusión o la sospecha. Según se desprendió de su disertación, la normativa se debe de cumplir de la manera más exigente, pero no se trata de que se ofrezcan datos a la baja de este seguimiento de la ley, puesto que manejarse en esos límites ya es la garantía de que se trabaja en la línea correcta. En un folleto entregado a los asistentes, y firmado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en el apartado de preguntas y respuestas, se abundó en los posibles efectos de la presencia de antenas de telefonía móvil. «¿Existen riesgos para la salud para el público que reside, trabaja o permanece cerca de una antena de telefonía móvil?». La respuesta ofrecida al lector es la de que no. Tanto los teléfonos como las estaciones base son de baja potencia, y no producen riesgos para la salud siempre que se mantenga alejada del contacto directo con estas antenas. La potencia generada no es nociva siempre y cuando no estemos a menos de uno o dos metros de la estación base». Con estos datos, Aetic reiteró que la preocupación por mantenerse en los niveles más altos y competitivos con respecto a los países europeos, no implica desmarcarse la responsabilidad. Entre otras razones, porque otro punto en el que afirmaron estar alerta es el que se basa en su perfecta imbricación con los avances y exigencias que propone la sociedad de las altas tecnologías.