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Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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SALIMOS al mercado mediático en un día muy especial para los creyentes de nuestras tierras: hoy es la fiesta de Santa Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, la monja andariega que hizo caminos terrenales -muchos, buenos e intrincados- como signo de la carrera que había emprendido muy pronto y que fue sufriendo o gozando -así es la vida- diferentes acelerones en búsqueda de una mayor intimidad con el Amado, al que finalmente se unió de modo inseparable para toda la eternidad un día como hoy del año del Señor de 1582. En tiempos de debilidad en las convicciones y en los compromisos, no está de más mirarnos en la figura de esta doctora de la Iglesia -que lo es por su participación en la sabiduría divina- y ponerla como intercesora. Que nunca sobrará. Porque estarán de acuerdo conmigo en que no corren tiempos como para andar por el monte solos, como andaban algunos de los personajes de García Lorca. Adiós al Año Jubilar Así es. Adiós y hasta siempre al Año Jubilar que la diócesis de León lleva celebrando desde el día 5 de octubre del año pasado. Mañana se cierra esta ocasión de gracia que la Santa Sede ha concedido a los diocesanos leoneses con los motivos ya conocidos que hacen referencia a la Virgen del Camino, patrona de la Región leonesa -que menudo enredo de título tal como está el panorama de las autonomías y de los Estatutos- y a San Froilán, patrono de la diócesis -con permiso de Lugo, su ciudad natal-. La coincidencia en el 2005 de la aparición de la Virgen en 1505 y de la coronación canónica de su imagen en 1930, así como del tránsito del santo Obispo en el 905, ha sido la causa de esta singular -¿y podríamos decir que poco valorada?- concesión. Mañana el Sr. Cardenal-Arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, fraile franciscano natural de Medina de Rioseco -la diócesis de León hasta 1956 llegaba en sus límites a escasos metros de esta señorial e histórica ciudad-, a las cinco y media de la tarde y en el Santuario de la Virgen del Camino, presidirá la celebración de la Eucaristía que cierra el Año Santo. Estará acompañado por otros ocho Obispos -según los datos que tenemos a mano-: el de León, que se desplazará por unas horas desde Roma donde participa en el Sínodo de Obispos, y los titulares de Oviedo, Astorga, Santander y Palencia, además del auxiliar de Oviedo y los eméritos -jubilados, se quiere decir- de Oviedo y Tenerife. Muchas mitras, es verdad, pero su presencia significa la importancia objetiva del acontecimiento. Otra cosa es lo que cada uno haya pensado de esta oportunidad para crecer en reconciliación y en santidad. Allá cada uno con su conciencia. Pero quede constancia de que la pertenencia a la Iglesia exige ser capaces de oponernos a la dictadura del subjetivismo que nos quiere imponer esta sociedad, pagada de individualismo, de relativismo y de insolidaridad, bajo capa de la inviolabilidad y del respeto que se deben a la dignidad y a los derechos personales. Y es que lo uno no debe quitar para lo otro. Salvo que las razones últimas sean la comodidad o la desidia, arropadas en razonamientos sutiles y presuntamente puristas. Entonces sí que apaga y vámonos. No obstante, aún queda hay tiempo. Hasta mañana. Que arrepentidos nos quiere Dios. Bienvenido el tiempo ordinario Se va lo excepcional y volvemos -sin que lo hayamos dejado- a lo ordinario. Que es el verdadero pulso, sin taquicardias pasajeras, de nuestra realidad. Por ejemplo, el trabajo que nos compromete a astorganos y leoneses a trabajar en un programa pastoral concreto, que nos vienen a recordar y enmarcar las agendas pastorales que las dos diócesis han publicado, con calendario de actividades, programaciones sectoriales y orientaciones episcopales. Manos a la obra, que es el cada día el que nos ofrece la temperatura auténtica del cuerpo de nuestras Iglesias. Las agendas son la partitura de las composiciones armónicas que se concretan en el quehacer de cada comunidad. Por eso de nada servirían sin ese trabajoso y consolador entramado de las actividades ordinarias de las parroquias y de otras entidades eclesiales (movimientos, asociaciones, colegios, instituciones): la catequesis, la atención a los enfermos, las acciones frente a la marginación o las minusvalías, las celebraciones sacramentales, las muestras de piedad popular, los signos de comunión fraterna... Es la grandeza de lo pequeño. Que, uva a uva, llena la vieja la cuba. Que sí.