| Visto y oído |
Buena caza, mejor pesca
Una tarde de compras Para muchos, incluyendo aquí a hombres y mujeres, que de todo hay, les encanta pasar la tarde yendo de compras. La gran mayoría se resiste a ello porque la cuenta corriente no se lo permite y los caprichos se dosifican mes a mes. A pesar de esto, también que simplemente se lo pasan bien cotilleando, en el buen sentido de la palabra, es decir, viendo lo que hay en cada una de las tiendas. Soñando con el jersey que le quedaría bien, con la tele que mejor encajaría en el salón o con una cadena de música. Complementos varios y utensilios y elementos de decoración también suelen estar presentes. Juan Carlos Hermida pudo permitirse el lujo de estar una tarde entera gastando dinero en Espacio León. Él fue el único ganador del sorteo que el centro comercial realizó y cuyo premio eran cinco mil euros, que el afortunado debería gastar en una tarde entre todas las tiendas de Espacio León. Ayer fue el día. Juan Carlos Hermida recogió su cheque, simbólico, tal y como lo hacen en los programas de televisión, por valor de cinco mil euros. Después de la foto, comenzó la tarde de compras. De todo un poco, porque esa cantidad da para lo suyo. Para rematar la decoración de la casa, para conseguir fondo de armario o para comprar electrodomésticos modernos. El centro comercial Espacio León continúa también entregando los cincuenta talonarios de cien euros para compras y los quinientos de bono ahorro de 60 euros para consumir en Supercor entre el resto de los afortunados del sorteo. Puntería leonesa El recuento de piezas cobradas compensa el desplazamiento hasta La Mancha. Dos cazadores leoneses, padre e hijo, José y Javier Lastra, superaron las expectativas más optimistas de cualquier cazador que un día de mediados de octubre se atreva a afrontar una jornada de media veda. El acopio de perdices (dos docenas) y conejos, (un par de piezas) deja constancia de la buena puntería de los dos protagonistas, Sin olvidar la inestimable e inprescindible colaboración de los perros que acompañaron a las escopetas en el oficio del cazador. Cutis y Luna, que así se llaman los dos canes, se llevaron también el premio que corresponde al que sale al campo en una jornada de caza y regresa a casa con el zurrón a rebosar.