| Crónica | Boda de papel couché |
«Sí, quiero» en la casa de Alba
En medio de una gran expectación mediática y popular, Cayetano Martínez de Irujo y la mexicana Genoveva Casanova contrajeron ayer matrimonio en el Palacio de las Dueñas de Sevilla
La boda de Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova celebrada ayer en el Palacio de las Dueñas concitó un gran interés ciudadano y mediático y atrajo desde horas antes del enlace a centenares de personas, que se agolparon en las inmediaciones de la residencia de la Casa de Alba en Sevilla. En la entrada principal del palacio, uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura sevillana del siglo XV, se reunieron decenas de periodistas y reporteros gráficos, que en algunos casos aguardaron pacientemente desde primeras horas de la mañana hasta que llegaron los primeros invitados. El enlace, celebrado en la capilla del Palacio de las Dueñas, fue oficiado por el sacerdote amigo de la familia Ignacio Jiménez y pese al máximo interés de las televisiones, no fue permitido el acceso a los periodistas. Entre los cerca de doscientos asistentes, se encontraban personalidades del mundo de la política, la comunicación, la hípica, el toreo y la vida social y en los alrededores del palacio se desplegó un amplio dispositivo de seguridad. Al Palacio de las Dueñas acudieron el ministro de Defensa, José Bono, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, los toreros Francisco Rivera, Curro Romero, Enrique Ponce y El Litri, los periodistas Luis María Ansón y Antonio Burgos, los futbolistas Emilio Butragueño y Peja Mijatovic, la actriz Lidia Bosch, el presentador Ramón García y el jinete Luis Astolfi, entre otros. Tras la llegada de los invitados, una de las anécdotas de la tarde tuvo lugar a la entrada del Palacio, en donde, entre la multitud de fotógrafos y curiosos, un taxista se lamentaba de que uno de los ilustres asistentes «olvidó» abonar la carrera por importe de doce euros. Como en toda boda que se precie, el vestido de la novia ha sido el secreto mejor guardado.