Mala conciencia

AMÉRICA es provincia que limita mucho, mar y Vigo por medio, con León. Las Indias fueron a la fuerza el sueño de tantísimos leoneses clavados con puntas al pueblín en cualquiera de los mil valles en fondo de saco que componen la torturada orografía del norte leonés del que salió principalmente la emigración ultramarina. ¡América!... En Salamanca estuvieron todos los países de allí y los peninsulares de aquí. ¿Cumbre iberoamericana, latinoamericana, hispanoamericana?... Ni siquiera en esto hay acuerdo; quizá porque son perfectas criaturas de estos nuestros mares que van de Fuenterrabía a Nápoles pasando por Lisboa, pueblos que colonizaron aquel continente con sus huellas latinas, sus curas en latín y sus arcabuceros con blasfemias. Sembrada por toda América hay una tirria cierta contra España como responsable de toda suerte de destrucción, genocidio y explotación. Sería ridículo negar que extisten pruebas de parte de ello y evidencias irrefutables. Pero no se alcanza a comprender del todo que sean precisamente los herederos blancos de aquellos privilegios colonizadores y feudales los que pongan más acento acusador y estén metiéndonos todo el día la Historia de las Espinas por el culo. Es como si quiesieran sacudirse su complejo de culpa ante las masas nacionales de aquellos países en los que se da un notable mestizaje,, gran barullo y multitud de etnias que una colonización anglosajona quizás no hubiera dejado vivas. Fidel Castro, por ejemplo, se redime de sus abuelos españoles poniendo a parir la historia de España y dejándonos a los de aquí como individuos bajo sospecha aún hoy. Castro todavía no se ha curado de creer que Hernán Cortés y Franco son la misma persona y que aún viven o anidan en los modos en las formas de los españoles. Creo que todo eso le está pasando porque reniega de un origen español demasiado próximo a su pellejo y porque siente, incontestablemente, que toda la sangre que circula por sus venas, toda, es más gallega que la empanada de lampreas. O quizá sea porque cuando se palpa, está cacheando al odiado español que lleva dentro, al iluminado, al poseedor de la verdad absoluta, al dogmático, al que dicta en dictador, al juez y déspota que se cabrea cuando le llevan la contraria. Eso debe ser. Eso nos pasa a todos.