Cerrar

Cosas de aquí | Una obra indispensable A LA ÚLTIMA

El Bierzo, de tradiciones y gentes El chollo de Bond

El Diario presenta en Ponferrada «La Enciclopedia de León», trabajo que ofrece a través de 13.000 entradas una visión definitiva de su cultura, hechos y personajes

Publicado por
M. A. Tranca AGUSTÍN JIMÉNEZ - ponferrada
Ponferrada

Creado:

Actualizado:

Nada mejor que celebrar cien años de vida contando la historia de la provincia leonesa desde sus orígenes hasta ayer mismo. Eso es lo que persigue el Diario con su «Enciclopedia de León», presentada oficialmente en Ponferrada por el director del periódico, Fernando Aller, y la encargada de su coordinación, la redactora jefe Susana Vergara. Y como no podía ser de otra manera, en este documento indispensable para conocer lo que ha sido y sigue siendo esta provincia, el Bierzo ocupa un papel destacado, desde sus personajes a sus excelsos paisajes o los hechos que durante siglos y siglos han marcado el devenir de la comarca. «Esta obra representa un hito que marcará un antes y un después de nuestro periódico y esa es la enciclopedia, que nace como una apuesta para una celebración importante. Esta obra no habla de un siglo sino de toda la historia de León, de nuestra cultura, de nuestros personajes y hechos», apuntó Fernando Aller sobre una obra que a partir del próximo 23 de octubre Diario de León entregará a sus lectores de lunes a jueves y que, a través de 13.000 entradas y 1.300 páginas ofrece una guía completa sobre lo acontecido en todos los rincones de la provincia y aquello que le es propio. «La enciclopedia pretende ser una obra amena en la que además de consulta ofrezca a sus usuarios una narración completa, de la A a la Z, de lo que busca». Personajes como el ponferradino Demetrio Zorita, primer aviador español en cruzar la barrera del sonido, Fabrique de Toledo, que en 1558 compró la alcaldía de Ponferrada o Ángel Pestaña, instaurador de la II República son con otros nombres, paisajes y hechos los protagonistas de sus dos tomos. DE TODAS las reencarnaciones conocidas, la más pública es la que tiene lugar de cuando en cuando con el alma de James Bond. El otro día dicha alma fue a detenerse, previo contrato, en un actor reservado pero mujeriego que, para celebrar su licencia para matar, ascendió en plan hortera el Támesis en una lancha de la marina inglesa. Con Nosferatu y Tarzán, Bond es el personaje más persistente y sin duda el más chabacano de la fantasmagoría inglesa. Concebido en los Cárpatos, Nosferatu-Drácula adquirió rápidamente propiedades en Inglaterra, un país estupendo para que se escondan los cadáveres. Tarzán fue creado para que el Imperio dominante dominara igualmente sobre los monos. Lo de Bond es distinto. Bond es el aventurero que les gustaría ser a muchos reprimidos, a muchos puritanos, a muchos sinvergüenzas y a muchos patriotas. Casi todo el arco electoral. Imaginen qué chollo. Fornica a todas horas -sin preservativo sin otra preocupación, observa un alarmado informe reciente-, dilapida el dinero del contribuyente sin traba ni vergüenza, disfruta de todos los cachivaches técnicos de última generación, gana al poker, es un petronio vistiendo, siempre las ve venir y, haga lo que haga, no pierde la compostura, como le enseñó su mamá, ni se emborracha ni es melancólico ni le disminuye la erección. Mata cuando quiere porque, con el sentido común de la gente sin cultivo y la bendita simpleza de quien contempla los intereses nacionales, distingue sin posibilidad de error quién es el malo de la película. Bond nunca nos ha mentido. Siempre encontró las armas de destrucción masiva. Nunca deja las campañas a medias. Siempre seduce a la mujer y extermina al enemigo. Para eso es Bond, James Bond. En un país que aún no se ha enterado de que ha perdido su imperio, para unos ciudadanos de un mundo lleno de catástrofes agazapadas, pensar en Bond es un chollo. Todas las mujeres son hermosas, todos los enemigos son inferiores. Todo el poder, la riqueza, el brillo, la fama, la buena forma física, todos los honores e incluso la buena conciencia son suyos. Compárenlo con Torrente, otro salvador de la mitología. Casposo, insatisfecho, humillado y español.

Cargando contenidos...