EN EL FILO
Siete ministros contra la gripe aviar
UNA COMISIÓN INTERMINISTERIAL permanente vigila en España el lento avance del virus de la gripe aviar. Y con esa autoridad que le proporciona ser una organización de las Naciones Unidas, la FAO dice que el riesgo de pandemia es en la UE relativamente bajo, aunque podría aumentar en primavera si las aves migratorias regresasen infectadas de su invernada en el sur. La ministra española de Sanidad, Elena Salgado, se desvive por tranquilizar a la ciudadanía diciendo por la radio que «en este momento estamos hablando de un problema veterinario, única y exclusivamente», y declarando en el Senado que «el riesgo existe, pero hoy por hoy es muy lejano». Desde su perspectiva global, la FAO anuncia que la mayor amenaza se cierne sobre África, el continente tan duramente castigado por el destino. Pero ya parece estar el virus en la Rusia europea, al sur de Moscú, y desde el pasado lunes en Grecia. El laboratorio referencial de Londres espera con creciente impaciencia recibir la materia orgánica del ave analizada por un laboratorio griego hace tres días. La memoria histórica actualiza la gripe llamada española de 1918/19, y en la reciente cumbre de ministros de Asuntos Exteriores de la UE el británico Jack Straw recordó que uno de sus abuelos murió a causa de aquella gripe de gran malignidad. Como en los cuarteles militares cuando se toca a zafarrancho de combate para comprobar la disposición de la tropa, Bruselas ordenó ayer un simulacro de situación epidémica para comprobar la capacidad de respuesta de los veinticinco países, su coordinación y la velocidad en el intercambio de informaciones. (Se pensaba ayer que Grecia actúa con demasiada lentitud en la comunicación y envío a Londres de sus análisis). Las valoraciones de ese ejercicio se realizan en un centro de Suecia. Y ante de fin de año se realizará un nuevo simulacro, con mayores visos de realidad, con los hospitales como protagonistas. A los gobiernos les gusta más resolver, o complicar, grandes problemas políticos que ocuparse de prevenir la pandemia causada por un tipo de gripe. Este virus de lentísimo y pertinaz avance desde Asia oriental hacia Europa será, como dice la ministra Salgado, un problema veterinario, pero es tal la facilidad de algunos virus para mutarse, pasando de ser nocivos al pollo a serlo para el hombre, que de este asunto no se ocupan tanto los veterinarios como los gobiernos y, en España, también las comunidades autónomas, que en una reunión de ayer con la ministra del ramo se decidió comprar más cantidad de antivirales, esas vacunas que al despuntar el otoño se recomiendan a los grupos humanos de riesgo y que este año se estaban agotando, pues las previsiones de la autoridad se quedaron cortas ante la ligera inquietud que produce la gripe aviar. Se ignora si tanta actividad gubernamental con fines preventivos y tantos mensajes ministeriales de tranquilidad cumplen sus fines, pues se sospecha que la sociedad se intranquiliza en la medida en que la autoridad desea tranquilizarla. Cuando en una nave se oye la voz del capitán diciendo que no cunda el pánico, el pánico está servido. Es de esperar, sin embargo, que siete ministros enlazados en una comisión permanente nos salven de esta pandemia viral que anuncian los expertos en epidemiología