Diario de León

Izados de banderas y desfiles militares para recordar a los 7.000 muertos en la contienda | Crónica | Trafalgar |

Los países combatientes en Trafalgar recuerdan a?sus?caídos 200 años después Las guerras las pierden todos Un mar de sangre

Francia, España y Gran Bretaña, que participaron en la contienda, se reúnen en Cádiz

JORGE ZAPATA

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J. L. Álvarez - efe | cádiz madrid

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Un desfile de la Unidad de Honores de las Armadas española, francesa y británica cerró ayer el homenaje a los caídos en la Batalla de Trafalgar celebrado en el Parque Genovés de Cádiz, un acto al que asistieron el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el ministro de Defensa, José Bono. En un día en el que se cumplen doscientos años de la batalla naval que enfrentó en las aguas gaditanas a la flota británica con la hispano-francesa, se ha querido rendir un homenaje no a la guerra, sino a sus combatientes, «para aprender de las lecciones de la historia y homenajear a aquellos que morían por su bandera», dijo en su alocución el almirante jefe del Estado Mayor de la Flota (Ajema), Sebastián Zaragoza Soto. España entera vivió aquel combate de cerca, «pero Cádiz mucho más», porque desde la ciudad, los gaditanos pudieron oír el estampido de los cañones y oler la pólvora «y sus aguas frías, que sirvieron de tumba de españoles, franceses e ingleses, hoy recibirán coronas de flores para honrar a los que cayeron» dijo. Memoria conjunta Así, tras el izado de banderas de las tres naciones que participaron en la contienda naval, el ministro de Defensa, José Bono, pasó revista a la formación acompañado por los embajadores de Francia, Claude Blanchemaison, y del Reino Unido, Stephen Wright, además del Ajema y de almirantes franceses y británicos. «21 de octubre de 1805, 7.000 muertos con valor, heroísmo, coraje y compromiso. 21 de octubre de 2005, tres naciones y un proyecto compartido, memoria conjunta con la que tributamos culto a la historia, no a la guerra, pero sí a los que murieron en la batalla». Con estas palabras comenzó el Ajema el homenaje a los caídos en el combate naval más importante de la historia, o a consecuencia de él que finalizó con la lectura de los nombres de todos los navíos participantes en la contienda, grabados en un monolito en el Parque Genovés: los quince de la flota española (Príncipe de Asturias, Santa Ana, Neptuno, Argonauta, San Ildefonso o Bahama, entre ellos); los dieciocho de la francesa (Bucentaure, Argonaute, Plutón, Heros, Achille o Berwick) y los veintisiete de la británica (Victory, Brittania, Neptune o Africa). El ministro de Defensa, José Bono, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, coincidieron ayer en destacar el valor de la paz, la alianza y la convivencia entre países durante los actos conmemorativos del bicentenario de la Batalla de Trafalgar que se celebran en Cádiz. José Bono aseguró que las guerras no se celebran «sino la paz» porque las guerras «las pierden todos». En Cádiz se reunieron ayer el jefe del Estado Mayor de Defensa, el embajador de Francia en España, la alcladesa de la ciudad, el presidente de Andalucía, el ministro de Defensa y el embajador británico en España. «Hay que morir o triunfar, porque enseña la Historia, en Lepanto la victoria y la muerte en Trafalgar». El Himno de la Armada recuerda que este viernes, hace 200 años, más de 4.000 marinos e infantes españoles perdieron la vida en combate frente a los buques ingleses del legendario almirante Horacio Nelson, que no sobrevivió para saborear su victoria. Ocurrió como en las guerras de hoy en día, donde las alianzas y potencias arrastran a otras naciones a crisis innecesarias. España, tras la pérdida de Gibraltar, se puso del lado de Napoleón Bonaparte para enfrentarse a Inglaterra, eterna enemiga. Frente al cabo de Trafalgar, ambos bandos se jugaron la supremacía marítima, la condición de imperio. Y en tan crucial trance, el almirante francés Pierre Charles Silvestre Villeneuve cometió un error estratégico que dio al traste con la élite de la Armada de Carlos IV, al mando del almirante Federico Gravina, partidario de un repliegue hacia Cádiz dado el mal tiempo. Franceses y españoles concentraron frente a las costas gaditanas 33 naves, entre ellas la mayor construida nunca, el buque insignia Santísima Trinidad , flanqueado por el San Juan de Nepomuceno , que mandaba el brigadier Cosme Damián de Churruca, el marino que más reprochó al almirante Villeneuve su errónea estrategia. Los mejores navíos También se alistaron El Príncipe de Asturias , Santa Ana , Rayo , San Leandro , San Ildefonso , ST. Francisco de Asís , Argonauta , San Justo , Neptuno , Montane z y San Agustín . Eran los mejores navíos de la flota, pero sus condiciones no eran las óptimas. Y la preparación de sus tripulaciones distaba mucho de ser la idónea. Carencias que, dado el mal tiempo, impidieron preparar el muro en el que debía estrellarse la armada británica. Enfrente, el almirante Nelson reunió 27 embarcaciones. A las 6.10 horas, con una climatología adversa, con fuertes vientos y tormentas, se dividieron en dos grupos y destrozaron los intentos del adversario de organizarse, ante la pasividad de Villeneuve y las protestas de los mandos españoles. Poco a poco, los buques franceses y españoles sucumbieron a las cargas de los navíos británicos, que les habían rodeado. Las cubiertas eran barridas por el fuego de mosquete. Los proyectiles de artillería desarbolaban los navíos y los aparejos dejaban mal heridos a los tripulantes. Según testimonios de los supervivientes, el maderamen desapareció bajo «un mar de sangre». España perdió diez barcos. Pero más grave fue la perdida de vidas humanas, tanto en cantidad como en calidad. Los mejores marinos españoles murieron en la refriega. Gravina al frente del buque insignia; Churruca, en el Nepomuceno , desangrado al ser alcanzado por una bala de cañón que le arrancó una pierna; Francisco Alcedo Bustamante, se hundió con el Montanez .Nelson resultó herido de muerte a las 13.25 horas al recibir un impacto de bala de mosquete.

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