Los lodos procedentes de depuradoras son un residuo cada vez más valioso

Los lodos procedentes de depuradoras, una vez tratados y superados los análisis a los que obliga la legislación, pueden utilizarse en agricultura (directamente o previo compostaje), incinerarse con recuperación energética y ser depositados en un vertedero controlado. Pero también podrán reutilizarse en la construcción. Los científicos trabajan en una técnica que, además de ofrecer una alternativa a los vertidos, mejorando la gestión de los residuos, permite construir en antiguas zonas industriales cuyos suelos están contaminados y por eso es difícil edificar en ellas. La nueva tecnología, desarrollada por científicos del Imperial College de Londres (ICL), consiste en estabilizar este tipo de lodos y mezclarlos con otros residuos como los de las minas de carbón y los escombros para fabricar un nuevo material de construcción especial para cimientos. El proceso se basa en una antigua idea de aprovechar el polvo de carbón mezclándolo con tierra, pero esta vez va más allá, pues rellena el espacio que queda entre las partículas con lodos estabilizados procedentes de las estaciones depuradoras de aguas residuales y aislando la mezcla del exterior. De este modo, los investigadores esperan demostrar que se puede crear una tierra estable en la que construir los cimientos de edificios que no sean de gran altura. En cuanto al olor que se pueda desprender, desde ICL se afirma que no se producirá porque se ha demostrado que con materiales debidamente tratados en un terreno arcilloso se forma rápidamente una masa inodora y muy impermeable con una estructura similar a la de cualquier terreno, pero con la ventaja de que es más estable y drena mejor. Según ha declarado Bill Dudeney, director del proyecto, la idea del Biostore es relativamente sencilla, pero sólo se podrán desarrollar soluciones innovadoras si cambia la percepción de los ciudadanos sobre los lodos de depuradoras. Las ventajas serán enormes porque aseguran que una sola construcción con Biostore podría consumir los lodos de una planta de tratamiento de aguas residuales de una gran ciudad durante todo un año. Parques infantiles Los expertos de ICL recuerdan que la directiva comunitaria sobre eliminación de vertederos obliga a que en el año 2020 la superficie dedicada a ellos sea un 35% inferior a la que había en 1995. Por eso, defienden la necesidad de empezar a pensar en métodos alternativos, como el reciclaje o la incineración, pero sobre todo en las nuevas tecnologías sostenibles y menos agresivas para el medio. Tras el éxito en las pruebas de laboratorio, el equipo del ICL está colaborando con varias empresas para hacer pruebas de campo. Posteriormente, se instalarán encofrados para cimentación que se rellenarán con el nuevo material y continuarán las evaluaciones de los resultados que se podrán prolongar durante unos cinco años. Además, confían que en los próximos meses empezarán a fabricar losetas de ese mismo material. La ventaja será que, si se pueden recuperar antiguos terrenos industriales, se podría construir sobre ellos parques infantiles, edificios ligeros, campos de fútbol o almacenes. Desde ICL se advierte que no se trata de utilizar esos terrenos para construir rascacielos, sino de aprovechar los terrenos y los materiales del mejor modo posible.