La quema de residuos agrícolas en centrales térmicas permite generar energía eléctrica
Los biocombustibles son perfectos sustitutos de los combustibles fósiles
Ya se utilizan mezclas de aceites vegetales y animales con gasóleo, con escasas emisiones
La situación actual, tanto energética como medioambiental, hace necesario promocionar la producción y utilización de biocombustibles, importantes para lograr la diversificación energética y cumplir con las normativas comunitarias. Aunque su uso más sencillo son las chimeneas de leña u otros productos vegetales, las modernas centrales eléctricas de ciclo combinado son mucho más sofisticadas y a partir de biocombustibles menos corrientes producen gran cantidad de electricidad. La última aplicación desarrollada por los científicos es el Miscanphus , una hierba procedente de Asia que sería quemada en centrales térmicas para generar energía eléctrica o impulsar máquinas. El calor se utiliza para calefacción o para convertirlo en electricidad y como sólo libera el CO 2 que ha absorbido de la atmósfera, al quemarlo se mantiene el equilibrio, cosa que no sucede con los combustibles fósiles. Son muchas las iniciativas que se ponen en marcha en distintas partes del planeta, porque son también muchos los residuos agrícolas. En Brasil se cultiva caña de azúcar para fabricar etanol, un combustible para vehículos. En el Reino Unido aumentan las mezclas de aceites vegetales y animales con gasóleo para vehículos ligeros, cuyas emisiones son escasas. La quema de paja, muy utilizada actualmente, es sólo la punta del iceberg. El siguiente objetivo es el serrín de las serrerías y las virutas. Estas últimas se utilizan a veces en forma de pellets, como en tiempo se hacía con el carbón. Según los expertos, se trata de una tecnología moderna y de alta eficiencia, neutra en cuanto al CO 2 , que sustituye a los combustibles fósiles y al mismo tiempo aumenta la superficie de bosque. Porque, si hay más demanda de combustibles vegetales, lo ideal sería plantar árboles que se pudieran convertir en biocombustibles cerca de las plantas de conversión, haciéndolas autosuficientes. Los biocombustibles son locales por naturaleza, es decir, ventajosos para cualquier país, para cualquier economía, incluso local. Por eso, si se produjeran virutas y restos de tala a dos kilómetros de las centrales, se consumiría mucho menos petróleo, al reducirse el transporte por carretera. En Castilla y León En su interés por apoyar la difusión del empleo de biocarburantes, la Consejería de Economía y Empleo, a través del Ente Regional de la Energía, organizó en León la jornada «Los Biocarburantes en Castilla y León», en la que profesionales de la energía, el medio ambiente y la agricultura abordaron el presente y futuro del sector, sus aspectos legales y conocieron los proyectos más importantes que se desarrollan para fomentar estas energías alternativas. Según afirmó el viceconsejero de Economía, Rafael Delgado, hay tres proyectos para producir bioetanol a partir de aceites vegetales vírgenes y reciclados (colza, girasol, maíz), que se convertirán en realidad en los próximos meses al estar su construcción muy avanzada. Se trata de la planta que Abengoa construye en Babilafuente (Salamanca) y las que se levantan en las localidades zamoranas de Marcial del Barco y San Cristóbal de Entreviñas. Anunció también que existen proyectos para abrir plantas en Burgos, León, Soria y Valladolid, aunque a más largo plazo. Delgado recordó que no se pondrá límites al número de plantas de biocarburantes y que su techo dependerá de su capacidad de producción y de su viabilidad económica.