Diario de León

En el asentamiento se excavaron trincheras y se asfaltaron pistas para que aterricen helicópteros

Un campamento militar?polaco asola los?últimos restos?de la?Torre?de?Babel

El orientalista español Juan Luis Montero denuncia del estado del yacimiento

El museo de Babilonia fue saqueado en el 2003

El museo de Babilonia fue saqueado en el 2003

Publicado por
Elena Silveira - redacción
León

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Los cimientos de la Torre de Babel están a punto de desaparecer. El yacimiento arqueológico, descubierto en 1913 a unos cien kilómetros de la capital de Irak, está ahora ocupado por un campamento militar polaco y en sus inmediaciones se han excavado numerosas trincheras que han alterado el antiguo depósito. La guerra en Irak ha destruido buena parte de los tesoros culturales de ciudades como Mosul, Nasiriya y Tikrit y, aunque los bombardeos han amainado, el conflicto sigue presente en lo que antes era Babilonia. El investigador y orientalista de la Universidade da Coruña Juan Luis Montero ha denunciado el mal estado en el que se encuentran los restos arqueológicos y el peligro de que desaparezcan definitivamente. Este experto ha sido el primer español en realizar un proyecto sobre el aspecto que tenía la antigua torre, echando por tierra las hipótesis sobre su altura y reduciéndola de 90 a 60 metros. Juan Luis Montero aseguró que un reciente informe realizado por el British Museum constata que los restos de la antigua ciudad de Babilonia han sufrido importantes daños desde su ocupación en abril del 2003 por tropas norteamericanas. El campamento militar, que ahora abarca cerca de 150 hectáreas, está en medio del yacimiento arqueológico y en él conviven unos 400 soldados, aunque por momentos esta cifra se ha llegado a multiplicar por cinco. El área de uso castrense, según explica Montero (y según han constatado arqueólogos compañeros suyos, como puede apreciarse en las fotografías) incluye monumentos tan importantes como la puerta de Ishtar, el palacio de Nabucodonosor II o las murallas de la antigua ciudad. Los militares, primero los norteamericanos y ahora los polacos, han adaptado las ruinas de Babilonia al uso militar y para ello han excavado muy cerca de los pilares de la Torre de Babel tres trincheras antitanques, una de ellas con una longitud de 170 metros y 2 metros de profundidad. También han asfaltado una zona para aparcamiento de coches y helicópteros, cuyo tránsito provoca vibraciones «muy perjudiciales para la conservación de los monumentos arqueológicos», explicó Montero. De hecho, la circulación de vehículos ha destruido ya, según denuncia el historiador, el pavimento de una importante vía procesional construida en el siglo VI a. C. También han sufrido daños los célebres dragones de ladrillo en relieve que decoran la puerta de Ishtar y se ha saqueado e incendiado el museo en el que se conservaban numerosas piezas arqueológicas. Investigaciones Esteban Moreno, del departa-mento de Arqueología del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) coincidió en que el nivel de destrucción tras la guerra de Irak ha sido enorme y que pueden dar al traste investigaciones como la realizada por el Juan Luis Montero. Explicó que el nivel de conservación de los yacimientos en la época de Hussein eran «aceptables, mucho mejor que en Irán», y que ahora restos como los cimientos de la Torre de Babel serán prácticamente irrecuperables. Nabucodonosor II (605-592 antes de Cristo) escribió: «Yo construí Babilonia, la más hermosa de las ciudades. En los umbrales de sus puertas coloqué toros gigantescos y serpientes con pies, como todavía no había pensado ningún rey anterior a mí.» Y así fue, efectivamente. Durante su largo reinado, la ciudad floreció en una ostentación que apenas si fue sobrepasada por la misma Nínive. El comercio de caravanas, que desde la India se extendía hasta Egipto, la convirtió en la metrópoli más rica del mundo, en una ciudad millonaria con suntuosos palacios y jardines olorosos, fastuosos templos y soberbias calles.

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