Un sorbo de lo mejor de la tierra

Privilegio de dioses al alcance de los labios de los humanos. Historias ancestrales que transmiten sensaciones, influjo de luna y magia en las copas. Los mejores caldos del país se convirtieron ayer en el centro de atención durante la segunda Jornada Casares del Vino que reunió a más de 2.000 profesionales de la restauración, la hostelería y los amantes del buen vino en el hostal de San Marcos. Las expectativas han sido superadas con creces, según Miguel Ángel Casares, portavoz de la empresa distribuidora que organiza la jornada vinícola: «Nos han visitado profesionales y amantes del vino de toda la provincia. El año que viene la tercera edición está asegurada». Los prestigiosos enólogos de las 34 bodegas que estuvieron presentes en la cita explicaron a los interesados en sus caldos el delicado y minuciosos proceso de elaboración, las técnicas utilizadas y los matices que hacen que cada vino sea diferente e inimitable, impregnando, más si cabe, de historia y poderío a los vinos españoles. Ribera del Duero, Toro, Rueda, Rioja, Cava, Bierzo o Montsant, entre otros, deleitaron paladares y alegraron vista y olfato. Una oportunidad única para viajar por los viñedos y catar sus frutos ya elaborados, criados y reposados en las barricas. Vino y viña, inseparables en nuestra cultura, vestigio de un pasado en el que el hombre dejó testimonios gráficos para la historia, escenas con una jarra de vino en la mano en las pinturas egipcias, en las ánforas griegas, y en los mosaicos romanos. Presente vivo, reflejo de una tierra llena de riqueza, diferencias climáticas y variedad de suelos, que hace de la península un lugar privilegiado para que se produzcan vinos de características muy peculiares. Bodegas centenarias como Roger Goulart, catedral del cava, ubicada en el alto Penedés, que elabora sus caldos con métodos tradicionales, sin adición de azúcares, adaptados a los tiempos modernos que aportan equilibrio, cuerpo y elegancia, y bodegas más jóvenes como Dinastía Vivanco, que con tan sólo un año y medio de vida ya cuenta con un hueco en el mercado. Parxet, Toro Albalá, Órbita Venus, Torelló o Marqués de Griñón mostraron sus mejores caldos, largas crianzas en barricas de roble o vinos no envejecidos que conservan sus cualidades afrutadas. Un imperio para los sentidos, sangre de topacio y pies de púrpura, hijos aterciopelados y robustos de la tierra. Dorados, cálidos, carnosos o afrutados configuran la esencia de un vínculo histórico con el hombre y son reflejo fiel de una tierra fértil.