Cría en cautividad

El urogallo cantábrico tendrá, como ya dispone el lince ibérico, de centros para cría en cautividad de ejemplares para preservar la especie. Así lo aprobó este lunes la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, que aprobó el programa de cría en cautividad del urogallo, especie clasificada en peligro de extinción, en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Los expertos consideran que pueden quedar entre 500 ó 600 ejemplares adultos, la mitad que hace veinte años. Estas aves se distribuyen en la cordillera cantábrica, entre otros lugares, a través de las sierras de Los Ancares (Lugo-León), las reservas de Somiedo, Redes, el alto Ponga (Asturias), Mampodre, Valdeburón, Sajambre y Riaño (León), en los Picos de Europa (León, Asturias y Cantabria) y en la Montaña Palentina (Palencia). El urogallo ha sufrido en las últimas décadas una disminución muy acusada tanto en número de ejemplares, como en su área de distribución, cada vez más pequeña y fragmentada. El programa de cría en cautividad del urogallo fue aprobado en marzo del 2004, dentro de la Estrategia Nacional de Conservación de esta especie. Los objetivos del programa son la captura de individuos; la producción de individuos capaces de reproducirse, tanto para el reforzamiento de la población cautiva, como para la suelta en el medio natural; y la formación de un cupo de hembras para cría que actúe como reserva genética y que recoja la mayor variabilidad genética posible. El plan del Gobierno establece que cada una de las comunidades autónomas que participen en el programa de crias pueden construir un centro de cría, aunque deberán trabajar de manera coordinada.