Diario de León

Objetivo: evitar la catástrofe

La Guardia Civil realizó un simulacro de atentado terrorista y demostró la eficacia de un equipo que en el futuro servirá a la zona noroeste de España ante ataques nucleares o químicos

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Patricia Rovirosa - león
León

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Un acto terrorista, un ataque con armas químicas e incluso nuclear en León contará en un futuro próximo con un equipo especializado encargado de minimizar o de eliminar los efectos sobre la población, se trata de la Unidad de Primera Intervención para la Defensa Nuclear, Radiológica, Bacteriológica y Química, (UPI-NRBQ), que actuaría en caso de que se produjera un ataque de estas características. Así quedó ayer demostrado en un simulacro en el que miembros de la Guardia Civil dejaron patente la capacidad y destreza a la hora de desarticular bombas, descontaminar personas, vehículos o cualquier objeto de sustancias tóxicas. Un proceso meticuloso y una actuación estudiada al milímetro, sin fallos y directa que explicó con detalle Luis Jesús Escalada, jefe de la Unidad Técnica de Defensa Nuclear, Radiológica, Bacteriológica y Química de la Guardia Civil. «El 11-S ha puesto de manifiesto que el peligro es real, existe y hay que estar preparados» añadió Escalada. El ejercicio simuló un atentado en el que un terrorista pretendía colocar una bomba mixta con Sarín, un gas muy agresivo y neurotóxico y Goma 2 Eco, ambas sutancias muy utilizadas en este tipo de atentados. La activación accidental e incompleta del artefacto cuando el terrorista inicia las labores para adosarla al vehículo, provoca que tanto el individuo como el coche queden contaminados. Mientras el terrorista permanece tendido en el suelo se inicia la intervención del equipo Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos, (Tédax), ataviados con trajes protectores, para separar el agresivo químico del explosivo y neutralizar el artefacto mediante una explosión controlada. El peligro sólo está controlado en parte, ahora le toca el turno a la UPI-NRBQ, que se encarga de detectar la sustancia agresiva y el grado de contaminación, recoge las muestras que considera oportunas y procede posteriormente a su descontaminación. También realiza una minuciosa evaluación de los posibles riesgos. El equipo cuenta para ejecutar esta ardua labor con un amplio dispositivo dotado con los últimos equipos tecnológicos para realizar mediciones químicas, radiológicas y nucleares. Una vez finalizado el proceso se procede a la descontaminación de los especialistas que han participado en la misión y de todos los civiles que puedan estar afectados por la nube tóxica con una ducha que elimina los restos que hayan quedado en la ropa o en el cuerpo.

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