El castillo que admira al Esla

Abandonado durante más de tres siglos, remendado en pocas ocasiones, el castillo de Valencia de Don Juan se ha desprendido ya de los andamiajes que durante el último año y medio han tapado las seis torres tubulares -originalemente eran ocho-de la señorial torre del homenaje. La restauración y construcción de un cuerpo de cristal que se incrusta en su interior como un mueble es el primer paso para convertir esta zona del castillo gótico en un centro de interpretación de la fortaleza y del significado que estas construcciones tuvieron en el contexto de la repoblación y dominio de la cuenca del Duero. «Pensamos que puede ser abierto al público en la primavera del año próximo», señala el alcalde de Valencia de Don Juan, satisfecho por el resultado de la intervención. Martínez Majo reconoce que el proyecto tenía sus riesgos por lo que supone de alteración del monumento, pero cree que el «resultado habla por sí mismo; cualquiera que lo visite percibirá que el cristal se integra perfectamente en la obra original, no la agrede en absoluto». Desde el cubo, que tiene cerca de 20 metros de altura y se divide en tres plantas, se refuerzan las vistas del castillo sobre el curso del río Esla que, a lo largo de los siglos, ha erosionado visiblemente la terraza sobre la que se asienta la fortaleza. La propuesta de rehabilitación diseñada por el arquitecto Mariano Sáenz de Miera no sido ajena a la polémica en Valencia de Don Juan, pero, una vez retirados los andamios, la torre del homenaje ofrece desde el jardín de los Patos una panorámica histórica y desde el río, en el poniente, se desvela la intervención arquitectónica moderna, con la estructura acristalada reflejando en su interior la torre y las amplias choperas que cubren la vega del Esla. La impresión es que la torre está sujetando con sumo cuidado el nuevo elemento colocado en su interior. Se accede a este nuevo cuerpo desde el patio de armas y cuando se abra al público contendrá en su interior paneles explicativos e ilustraciones sobre la función de la fortaleza. El Ayuntamiento también quiere exponer en el cubo de cristal una muestra de los restos hallados durante la excavación arqueológica que se realizó durante el 2004 en la torre entre los que destacan los restos de las yeserías y algunas monedas de los siglos XV al XVII. «El castillo tiene que convertirse en un recurso turístico para la comarca, aunque tendrá que ser completado con otras ofertas atractivas», reconoce Martínez Majo. La Fundación Valencia de Don Juan cedió esta fortaleza al municipio en 1999 por un período de 75 años para que se pudiera beneficiar de fondos públicos en su restauración y convertirse en un símbolo cultural de primer orden en Valencia de Don Juan.