Diario de León

CRÉMER CONTRA CRÉMER

José Tejera Suárez un astur-leonés

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

Creado:

Actualizado:

LE HABÍAN NACIDO en Lugones-Siero, siendo el año 1919. Y tenía ochenta y pico de años bien vividos. No se sabe si escribió algún libro, pero todos aseguran que plantó más de un árbol y tuvo hijos. Cumplió con su misión en la tierra. Ahora solamente cabe desear que obtenga la justa compensación en el otro mundo, al que se dirige en estos momentos. Cuando yo le conocí y le traté con la confianza y el júbilo que proporcionaba su enormísima voluntad de estar y de ser, dentro de la sociedad leonesa, a la cual había llegado en uno de esos movimientos de entrañable emigración que desde tiempos de Favila se producen entre Asturias y León y viceversa. Entonces, la Casa de Asturias era solamente una tertulia compuesta de un puñado de buenas gentes que llegaban a la ciudad histórica de Guzmán con el espíritu emprendedor que caracteriza a los componentes de una autonomía con vocación de voluntarios para las Américas. Y en León comenzó a trabajar en lo que de verdad sabía. Y al mismo tiempo se estableció como una referencia de la asturianidad, dispuesta a todo, con voluntad de vida. Día a día -porque la vida pese a su fugacidad es aventura que requiere tiempo- este asturiano cordial, serio y emprendedor se abrió un sitio importante en una de las actividades que habían de convertirse, con el tiempo y el trabajo en un motivo de expectación y de admiración: puede decirse y se dice que José Tejera Suárez, abrió el camino con su personal esfuerzo y su contagioso y sincero comportamiento en un soberbio ejemplo de solidaridad, de entendimiento y de colaboración. Y al cabo de cierto tiempo, ya con toda su capacidad empresarial estampada en la panorámica de León, pensó que no era justo ni conveniente que los asturianos, cuya población era la más densa y activa de su nueva tierra de promisión, se encontraran un poco como si se tratara de un pueblo trashumante y sin nombre y apellidos aptos para la vida y milagros que hacían en su nueva patria de elección y de costumbre. Y sacando fuerzas y dineros de donde podían ser conseguidos, convirtió la Casa de Asturias, en la tertulia más ancha, más copiosa y más eficaz de la historia de León. La Casa de Asturias de la cual resultó valedor principal aquel hombre de Lugones-Siero. La fusión astur-leonesa que fue y sigue siendo un deseo unánime de la realidad geográfica, histórica y sentimental. Y si no fue posible cuando la baraja de las autonomías parecía inclinar sus preferencias por la formulación de aquella denominación de origen, fue porque gentes raras y oscuras se interfirieron en la partida por una cuestión de intereses. Pero la pequeña patria asturiana reinventada por José Tejero Suárez ha quedado inscrita para siempre en los andes más gloriosos del Reino astur-leonés. Quiero decir, que José Tejera Suárez, astur-leonés de pro, ha muerto y que León pierde un hijo de costumbre y de devoción. Uno de esos pocos seres humanos que contagian con su talla humana y con su capacidad de entendimiento. Hay hombres que no debieran morir esa cosa diferente/ que suele tener la gente.

tracking