Siete horas de diálogo fueron suficiente

La gran manifestación que se celebró en Madrid el pasado día 12 de noviembre, a la que acudieron cientos de miles de personas en contra del proyecto de ley de la Ley de Ordenación Educativa fue el punto de partida de este conflicto entre las diez asociaciones convocantes y el Gobierno de Rodríguez Zapatero. La magnitud de la movilización provocó una rápida respuesta del jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien al día siguiente anunció que recibiría a los convocantes para escuchar sus peticiones. Al jueves siguiente, día 17 de noviembre, las diez asociaciones que organizaron la manifestación, más la Fere (Federación Española de Religiosos de Enseñanza), que también la apoyaba, acudieron al palacio de la Moncloa con el fin de exponerle a Zapatero sus «exigencias». Durante casi tres horas le enumeraron los ocho puntos que debían modificarse para contar con su apoyo. El presidente les informó de que al día siguiente serían recibidos por el Grupo Parlamentario Socialista, con quien negociarían los posibles cambios. Así, el viernes, Alfredo Pérez Rubalcaba los convocó para una reunión vespertina, que fue rechazada por las asociaciones, porque era demasiado pronto. Además, exigían a sus interlocutores una valoración por escrito de sus propuestas. La reunión se retrasó hasta el pasado miércoles, día en el que la negociación se extendió hasta siete horas. Entonces, los socialistas esperaban respuesta. Y la hubo: se acabó el diálogo.