Brindis por seis grandes vinos

Dos medallas de oro y cuatro de plata concretan el extraordinario balance de los vinos de la provincia -Denominación de Origen Bierzo y Vino de Calidad Tierras de León- representados en el Salón Internacional de Vino Interwine, que ayer celebró en el Ifema de Madrid la gala de entrega de galardones. Tanto y tan importante premio no viene más que a confirmar la extraordinaria labor que se está desarrollando en las bodegas y apuesta segura por un futuro realmente importante. De los premios recogidos ayer es especialmente significativa la medalla de oro para Bodegas y Viñedos Comendador. Amador Sánchez, que ha dejado en manos de sus hijas Sandra y Nuria el futuro de una bodega que sólo embotella desde hace cinco años, se cuelga así el segundo oro con el excelente Villaromana del Mirador 2003. Había ganado el mismo premio hace un año. Si la relación de bodegas fuese un buen baremo, en este caso el galardón tendría especial valor porque el otro oro fue para Dominio de Tares. El enólogo Amancio Fernández sigue acumulando reconocimientos importantes con el Cepas Viejas del 2003. También los acumula el Encomienda Templaria de Agribergidum, la bodega que gestiona Víctor Arroyo y que tiene a Rubén González como enólogo. La plata que recogió ayer en Madrid viene a sumarse a la del Concurso Mundial de Bruselas de este año y al oro del Masters Challenge de Estoril, así como al Zarcillo de oro, todas este año y para el mismo vino. Especial mérito tienen también las dos medallas de plata para Casar de Burbia. Lo de Isidro Fernández Baelo es ciertamente extraordinario, porque obtienen premio dos de sus tres etiquetas: Casar de Burbia 2004 y Hombros 2002. El primero repite reconocimiento en Madrid y se suma, además, al oro del Citadelles du Vin, de Burdeos. Para el Hombres es el tercer galardón: había sido oro en los Premios Radioturismo y en el Masters Challenge de Estoril, también este año. El sexto vino leonés premiado es un Tierras de León: el Peregrino Crianza del 2001, creado en Gordonzello (Gordoncillo) por la cepedana Mariló Maroto. Este prieto picudo (60%, con 20% de mencía y otro 20% de tempranillo) es el primer crianza de la bodega en el mercado, lo que supone empezar con buen pie. Aunque no es el primer reconocimiento importante -tiene dos Baco y un Zarcillo-, sí hace especialmente feliz a la enóloga de esta singular iniciativa empresarial del sur de la provincia.