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CRÉMER CONTRA CRÉMER

Los presuntos candidatos

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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LAS ELECCIONES que se anuncian serán terribles. Piense usted, señor elector, que los debates que en la actualidad se están desarrollando de acuerdo con el ritmo y el talante previsto y con la iracundia anunciada por la santa oposición, están creando en el ánimo de los ciudadanos un cierto estado de lucha muy parecida a cuando se anuncian las grandes catástrofes. Durante las intervenciones que van sucediéndose, tanto los unos como los otros y cada uno en su idioma y con su estilo más peculiar están marcando posiciones. «No nos moverán» se cantaba en tiempos de guerra incivil y para que efectivamente se produjera la desaparición, el desplazamiento y la derrota de unos por los otros fue preciso que se encendieran los faroles y se callaran los grillos, como se pronosticaba en el romance lorquiano. Algo parecido sucederá así que se agoten los tiempos de las pláticas cerradas y de los diálogos para sordos. Nadie aceptará los razonamientos del rival y las posiciones serán defendidas hasta la muerte. La muerte política, se entiende, porque sería trágico que se encendieran otra vez las mechas de las escopetas. Total para elegir a quienes en un puesto o en otro, en un estamento nacional o en un humilde escaño municipal habrán de hacerse cargo del resultado de esta guerra dialéctica que se está desarrollando. Y como María Cristina, insisten en gobernarnos. Vamos hacia las elecciones como al mar van los ríos, y allí acabaremos todos. Para navegar con viento favorable y perfecto sentido de la ruta, los partidos se están preparando. Y de entre sus afiliados los partidos eligen a los mejores, que a lo peor, no lo son y éstos, los peores y los mejores, con más corazón que cabeza, solicitan ya la armadura, la lanza y el Rocinante para echarse al campo. Los leoneses no podían quedar rezagados y sin prisa pero sin perder el hilo, ya están adelantando sus peones para la partida anunciada. Y suenen nombres conocidos y quizá otros o los mismos, ya olvidados, para la capitanía de la hueste que habrá de conquistar tierras y bienes. Incluso los más entregados al juego, ya están haciendo su quiniela, colocando en los puestos estratégicos a los personajes de mayor provecho porque lo que importa no es participar, sino ganar, vencer, y para ello no valen las consideraciones éticas, ni los fundamentos castrenses. A veces las batallas se ganan por la protección de determinados dioses o santos, como Santiago y cierra España. Los nombres que ya comienzan a cotizarse entre nosotros son los siguientes: Mario Amilivia, Francisco Fernández, Juan Morano, José María de Francisco, Joaquín Otero, Javier García-Prieto, Miguel Martínez, Miguel Alejo... Y los demás. Pero es que estos que aparecen en la segunda fila, son calderilla. Y es curioso, si no fuera señal de peor signo, que entre estos personajes anunciados, no aparecen albañiles, ni mineros, ni mecánicos, o sea gente común, como si las elecciones, como tantas otras cosas, fueran para los mismos de siempre. ¡Y no es eso! ¡No es eso! Como se suele advertir en la sección de sucesos, seguiremos cuidadosamente el curso de los acontecimientos y los resultados de nuestras pesquisas, que serán todo lo libres y eclécticas como nos sea posible. Y tú, Señor, por quien todos vemos y que ves las almas, dinos si todos un día podremos verte la cara.

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