Diario de León

CORNADA DE LOBO

¿Qué apostamos?

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TIENE estas cosas el turismo y su más que arriesgada apuesta: la ocupación hotelera prevista para el puente de la Consti -el de matar el gocho- ha caído en León un cincuenta por ciento respecto al año pasado; una barbaridad; unas barbas que están pelando. ¿Cómo es posible que se nos haya fugado la mitad de la clientela? Dicen los hosteleros que la culpa es de los meteorólogos y sus erróneas previsiones de inclemencia y temporal. Bobada, tú; la gente que vacacionea a estas alturas del calendario no espera precisamente canículas y tripa al aire, así que búsquense las razones en otras lógicas. La decepción podría ser una de ellas (aquí no pillaron apabulle ni felices descubrimientos, impactos que les obligaran a comentar a su regreso el acierto de haber elegido este destino decembrino). Turísticamente aún somos un balbuceo. Transformamos a mineros prejubilados en camaretas, convertimos ganaderos en mesoneros rurales y planeamos artesanías madreñeras para fijar población de la misma forma que los arapahoes hacen mocasines y totems de muñegote en sus reservas. Confiamos en nuestros gigantescos recursos paisajísticos, monumentales o etnográficos y, sin embargo, desbarramos en su gestión o no casamos la oferta convenientemente, con lo que dejamos la cosa y al visitante en un interruptus. Decía un baranda del turismo nacional que lo que le ocurre a León es que carece de un elemento estelar que arrastre al resto de la oferta; que tenemos cosas, sí, pero dispersas, embarulladas o de relativo aprovechamiento individual. Mucho Picos, mucha Médula y gótico, pero falta el guindón de tanta tarta. Y el tonto que diga que para eso se hizo el Musac, o es pijo o en su casa no hay botijo. Haga usted la prueba: pregúntele a un responsable del turismo cazurro que le indique un lugar para que pase un fin de semana de ensueño un touroperador catalán, de cuyo criterio dependerá que nos mande o no unos autocares de exploradores de alternativas turísticas (y ha de ser lugar con paisaje, arte, cocina, hostelería, instalaciones de ocio y esas cosas que fijan culo y pasmo, ya que no está dispuesto a pasar dos días en coche dando vueltas para cansarse). Seguramente, no encontrará ninguno, ya ve usted. Así que apostando a turismos hueros podemos cagarla.

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