Altos vuelos, pero muy apretados
Iberia ingresará 20 millones más al aumentar los asientos en turista, con lo que la distancia entre las butacas de los vuelos de corto y medio radio pasará a ser de 73 centímetros
Iberia prevé cambiar todos los asientos de clase turista de los aviones que realicen trayectos de corto y medio radio (España y Europa) para lograr introducir de media un 5% más de butacas en cada aparato. Con esta media, incluida en el Plan Director 2006-2008, la aerolínea de bandera espera un ingreso adicional de 20 millones de euros. Acuciada por la competencia de las compañías de bajo coste y el precio del petróleo, la firma ha diseñado una estrategia de intensa reducción de costes. El consejero delegado, Ángel Mullor, advierte de que en algunos segmentos como los vuelos nacionales punto a punto Iberia podría tomar ejemplo de algunas de estas empresas de billetes baratos «que lo hacen bien». Aprovechamiento del espacio Las aerolíneas lo denominan densificación. Una práctica muy habitual en el sector y que supone, sencillamente, buscar la manera de aprovechar el espacio de cada aeronave para instalar más asientos. Más butacas es igual a más pasajeros o, lo que es lo mismo, más ingresos por aparato. Entre las grandes compañías europeas Iberia no entra en el grupo de «expertos en densificación». Algo que va a cambiar en los próximos tres años. El director comercial de Iberia, Manuel López Colmenarejo, ofrece en la revista corporativa de la compañía del mes de diciembre las claves del proceso: se trata de «sustituir todas las butacas por un nuevo tipo de asiento de respaldo más delgado». La distancia entre butacas pasará a ser de entre 71 y 73 centímetros. Eso sí, «sin disminuir la sensación de espacio disponible para el pasajero», añade. Según los datos presentados por Iberia a los analistas de Bolsa, el sistema permitirá instalar nueve asientos más de media en los modelos A-319 y A-320 y seis en los A-321. En la misma publicación, el consejero delegado de Iberia repasa los motivos que han llevado a la empresa a plantear un programa tan drástico como el 2006-2009, que prevé ahorros por valor de 600 millones de euros e incluye la congelación de los salarios. Un programa que ha levantado las críticas de los sindicatos, que ya han advertido que no aceptarán la medida. «El mercado ha cambiado y amenaza con dejarnos fuera», advierte Mullor, que explica que sería más fácil no hacer nada y que fueran otros dentro de un tiempo los que debieran resolver una situación crítica. Superioridad de costes El directivo, que subraya que los costes de Iberia son un 40% superiores a los de las compañías low cost , destaca que estos operadores alcanzarán una cuota de mercado del 50% en España en los próximos cinco años. Mullor recuerda que otras grandes firmas como Sabena, Swissair o Alitalia han sido víctimas directas de los billetes baratos y que si la española no quiere desaparecer o ser absorbida debe reaccionar a tiempo. Sobre la posibilidad de lanzar una «Iberia barata», la compañía prefiere no pronunciarse aunque reconoce que «estudia varias ofertas de grupos inversores» que se han dirigido a ella para plantearle la creación de una bajo coste. El futuro Aunque esta posibilidad no se recoge en el Plan Director, el propio Mullor señala que la firma «tendrá que ser capaz de funcionar en sus mismas condiciones». «No queremos transformarnos en una low cost , pero tampoco en cualquiera de esas que están en suspensión de pagos y están perdiendo hasta la camisa», dice. «Sólo existen dos modelos de aerolíneas, las capaces de ganar dinero y, por lo tanto de garantizar la continuidad de sus puestos de trabajo, y las que no son capaces de hacerlo», señala. «Está claro que nosotros queremos ser de las primeras y para ellos tendremos que aprender de las que lo hacen bien en cada mercado», concluye.