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Imagina, si aún estuviera

Un cuarto de siglo después del asesinato de John Lennon, el mito que rodea al cantante no ha hecho sino crecer mientras su verdugo admite su fracaso: «Soy más don nadie que entonces»

Publicado por
Alberto Masegosa - nueva york/londres
León

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Nueva York y Liverpool centraron los actos para conmemorar el 25 aniversario de la muerte de John Lennon que fue asesinado por un desconocido que quería alcanzar la fama. Un cuarto de siglo después del crimen, la víctima es un mito aún mayor de lo que fue en vida, mientras el verdugo, Mark Chapman, cumple cadena perpetua y reconoce: «por un lado, he realizado mi objetivo, aunque, por otro, soy mas don nadie que entonces». Como todos los años desde el 8 de diciembre de 1980, día del asesinato, los admiradores del artista se congregarán bajo un olmo de Central Park situado frente al edificio Dakota, de la calle 72, donde residía y ante el que fue asesinado. En el lugar hay un mosaico con la palabra Imagine, en honor de la canción más conocida de Lennon en solitario, y lleva el nombre de Strawberry Fields, como la composición de la que más se enorgullecía el músico durante la etapa que formó parte de los Beatles, cuando dijo que eran «más populares que Jesús». El asesinato de Lennon fue presenciado por su esposa, Yoko Ono, que fue quien llamó a la policía, y José, un hispano portero del inmueble desarmó y puso a disposición de las autoridades al asesino. El crimen conmocionó al mundo y marcó el inicio de una curiosidad, que no parece tener limites, sobre la personalidad de sus dos protagonistas. De Lennon se han reeditado discos, escrito biografías y realizado reportajes que lo configuran como el más rebelde y creativo de los Beatles, y uno de los artistas mas influyentes del siglo XX, tanto por su música como por su activismo político y social. En declaraciones el miércoles al diario «New York Post», Yoko Ono lo describe como «un hombre tranquilo y un padre responsable». En un reciente libro, su primera mujer, Cynthia, le califica, sin embargo, de «posesivo y violento». En una entrevista realizada en 1970 -poco antes de la separación de los Beatles- y emitida por la BBC, Lennon dice: «estamos hartos de ser acólitos de Paul McCartney, que vaga sin rumbo», y expresa desprecio por Georges Harrison. Más complejo todavía es el perfil de Chapman, un tejano que tras perpetrar el asesinato dijo haberlo cometido «para alcanzar fama». Chapman admiraba a Lennon hasta que, meses antes de acabar con su vida, le empezó a considerar «un farsante». Ese cambio de opinión no impidió que el día del crimen fuera al edificio Dakota para pedir a Lennon que le firmara un ejemplar del disco «Double Fantasy», su ultima grabación. Mark Chapman cumple su condena en la prisión de Attica, en Nueva York.

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