Miss Mundo: ensayo general

Por tercer año consecutivo la isla tropical china de Hainán aguarda a la mujer más bella del planeta. La peruana María Julia Mantilla García no tendrá más remedio que deshacerse hoy de su corona y entregarla a su sucesora, Miss Mundo 2005, en una ceremonia que será televisada en directo. No existe una clara favorita entre el más de centenar de aspirantes que durante un mes han desplegado todos sus encantos y talentos a lo largo y ancho de la ciudad de Sanya, sede de este ya importante certamen de belleza. Una vez más, será el público quien decida con sus votos a través de mensajes a móviles y por Internet quién es la soberana que paseará durante el próximo año la tan ansiada tiara y, de paso, quién se embolsará los 100.000 dólares de premio en metálico. Entre las 102 concursantes, varias misses iberoamericanas intentarán enfundarse la corona de Mantilla, cuyo reinado estuvo marcado por la polémica tras reconocer públicamente que, a fin de realzar su hermosura natural, se había convertido también en reina del bisturí para hacerse «algunos pequeños retoques». Dentro del grupo latino, la mexicana Dafne Molina Lona logró el jueves al menos una cabeza de ventaja al quedar segunda en el concurso a Miss Playa, que fue a parar a la rusa Yulia Ivanova, nacida paradójicamente en la gélida región de Siberia. La catalana Mireia Verdú representa a España en un certamen en el que nunca la mezcla de colores ha resultado tan hermosa. Y más en la exótica Hainán que, gracias al concurso y a los 4 millones de euros que pagó para organizarlo, se ha promocionado como destino turístico tropical en un momento de proliferación de los certámenes de belleza en el país comunista.