Diario de León

La gallina se creyó avestruz

Una gallina causa sensación en la localidad berciana de Folgoso de la Ribera con sus extraordinarios huevos. La mayoría pesa más del doble que los ejemplares normales

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R. Arias / M.A. Cebrones - folgoso de la ribera
León

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El dueño de la gallina, Francisco Torre, la llamaba como a todas sus compañeras Tita . Aunque el ave en cuestión, que se ha convertido en el centro de todos sus mimos, no es nada común. Así que ha terminado por bautizarla como la Tita pelada . El animal se ha convertido en la sensación de la población de Folgoso de la Ribera por la cualidad de sus huevos. Pocos, pero bien hechos. Esa parece ser la consigna de este especimen gallináceo que tal vez en el fondo tenga algún complejo o aspiración de avestruz. La Tita pelada pone del orden de un huevo cada tres días. Pero qué huevazo. El fruto de sus alumbramientos suele pesar el doble y hasta el triple de los de sus congéneres. Además, su producción entraña cierto misterio cabalístico en relación con el número tres, porque bajo el cascarón suelen encontrarse habitualmente hasta tres yemas. «Tita tiene dos años, y era una gallina ponedora tan normal como el resto», explica ufano Francisco Torres. Pero de un modo inexplicable, desde hace algún tiempo, su vida ha cambiado. Inextricable, porque la alimentación que recibe es la misma para las seis gallinas que cría en una vieja casa abandonada. Aunque lo que está claro es que la dieta de Francisco le sienta bien. «Pienso de castañas, trigo, repollo, además de las sobras de casa», revela el dueño. Si los huevos de tamaño grande y de producción casera pueden alcanzar los 60 gramos, alguno de los de Tita ha llegado a los 140 gramos de peso y se ha situado en los 24 centímetros de longitud. En la última puesta, según Francisco Torres, «efectuada en dos golpes», el producto tenía 17 centímetros de diámetro. «Es una fuera de serie, una superdotada, esto es increíble», se emociona el propietario entre risas. «No tiene sentido llamarle Supermán a una gallina, pero casi se lo merece», añade. Tal vez por estos mimos, los celos también han acabado por hacer presencia en el gallinero. Últimamente ha tenido que que separar a la gallina del resto de compañeras porque éstas se cebaban con ella. «Le pegaban, la pobre está pelada del todo. Entre el esfuerzo de la puesta y las palizas que le daban casi da pena verla». Las puestas de Tita pelada han sorprendido incluso al veterinario local. «Cuando se lo conté no quería creerme, y cuando lo vio me dijo que en esa condiciones la gallina no llegaba a Navidad». Algunos vecinos creen que de seguir así, el ave puede rivalizar este año en la agenda de los visitantes con el tradicional belén artesano de la localidad.

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