Cerrar

EL AULLIDO

Un cuento de Navidad como una noche cristalina en Fresno de la Vega

Publicado por
LUIS ARTIGUE
León

Creado:

Actualizado:

UN CUENTO DE NAVIDAD de Charles Dickens hecho realidad nos parece lo de que a Teo, que regenta el Bar Argentina de Fresno de la Vega, se le haya ocurrido abrir hoy sus puertas para que todas las personas solas de por allí también tengan su cena familiar, y su calor, y sus buenos deseos, y su brindis, y su final feliz. Un cuento de Navidad fantástico de los que nos reconcilian con la vida en estos tiempos modernos tan poco propicios para la lírica, los cuentos, los buenos gestos y los finales felices. Conocíamos ya ese pueblo leonés agreste y agrícola por su carácter de encrucijada, por su cielo de mil estrellas, por su vino y por su Fiesta del Pimiento, pero ahora hay que añadir a esos alicientes la humanidad creativa del bar de Teo que, en una época de por si tan iluminada como lo es la Navidad, enciende un montón de bombillas de colores en nuestro corazón con el memorable gesto de llevar a su mesa a los solitarios que, en el fondo, somos todos¿ Ojalá esta vez también, como en los cuentos, disfrazado de solitario se cuele un ángel en la cena de Nochebuena del bar de Teo. La soledad es la enfermedad de los tiempos que corren; la otra cara del individualismo. Pero, sin embargo, Nochebuena sigue siendo un momento en el que recordamos la sencilla verdad de que lo bueno de la vida tiene valor porque podemos compartirlo. Por eso este rito de congregarnos alrededor de la conversación y la cena como hemos hecho siempre posee «la magia de lo repetido», por decirlo con palabras de Eduardo Aguirre. Sí, hace ya años que en esta sociedad laica la Nochebuena ha perdido su carácter religioso para convertirse en un momento eminentemente consumista, pero gestos profundamente humanos como el del bar de Teo nos recuerdan que la Nochebuena, eso de reunirse como haciendo recuento, y saberse queridos sin decirlo, y desearse lo mejor, sigue teniendo -incluso para los no creyentes- algo de sagrado. El rito sustituye a veces al te quiero. Así combatimos por una noche el individualismo y la soledad. ¡Hay tantos escritores que no escriben! Por ejemplo Teo esta noche redacta en el aire un cuento hermoso, casi una alegoría moral, que trata sobre todos nosotros, sobre el tiempo, sobre la suerte y acaba sutilmente enseñándonos sin decirlo que uno de los sentimientos más místicos y puros es el amor que un ser humano adulto siente por sus padres, el cual queda escrito en el aire, como el cuento de Teo, cada vez que se reúnen para nada y para todo en Nochebuena. Existe pues una literatura del día a día, repleta de imaginación y de sabiduría, que se escribe así, en el aire, mediante gestos espontáneamente lúcidos que sin decir nada nos lo dicen todo. De hecho estará llena de historias esa mesa, historias duras unas, tristes otras, pero todas confluirán esta noche en el final feliz que supondrá brindar con Teo por la hospitalidad y la amistad. Todos los solitarios quisieran ser esta noche de Fresno de la Vega como todos los escritores quisiéramos, al menos una vez, poder ser Teo y escribir algo memorable a lo que regresar. Un cuento de Navidad como una noche cristalina que sucede en Freno de la Vega y en nuestra alma. «La noche está llena de fantasmas/ para quien duerme en la calle/ cerca de mi casa» escribió una vez Walance Stevens en un poema memorable que, una vez, nos conmovió tanto como el cuento de Teo con final feliz... En fin.