No fumar desde el principio

La entrada en vigor de la ley que prohíbe fumar en los edificios públicos españoles afecta también a la antigua Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, construida en el siglo XVIII y considerada como la fábrica de tabaco más antigua del mundo. Este edificio, diseñado en 1728 por el ingeniero militar Ignacio Sala, acabado en 1770 y que durante siglos albergó la principal fábrica manufacturera del tabaco procedente de América alberga actualmente el Rectorado y los Servicios Centrales de la Universidad de Sevilla. Los efectos de esta prohibición no comenzarán a notarse en este emblemático edificio hasta mañana, 3 de enero, al ser ayer festivo en Andalucía, y pasarán su prueba de fuego tras las festividad de los Reyes Magos, cuando profesores y estudiantes regresen de las vacaciones navideñas. La Real Fábrica de Tabacos -así reza el dintel de su puerta principal- fue durante siglos la principal factoría española y europea de fabricación de cigarros y en sus naves surgió la figura romántica de Carmen, la cigarrera inmortalizada en la ópera del mismo nombre, de Georges Bizet, y en la novela homónima de Próspero Merimée. Este inmueble de arquitectura industrial está considerado el edificio de mayores dimensiones y máxima categoría arquitectónica de su género en España y uno de los más antiguos de la Europa del Antiguo Régimen. Ocupa un gran rectángulo, de 185 por 147 metros, solamente superado en España por El Escorial y, precisamente el novelista y viajero romántico británico del siglo XIX Richard Ford, lo bautizó como el «Escorial tabaquero». La prohibición de fumar también afectará, aunque de manera parcial, a otro emblemático edificio sevillano: el antiguo hospital de las Cinco Llagas, actual sede del Parlamento de Andalucía y en el que sólo se permite a partir de ahora encender un cigarro o cigarrillo en sus jardines y patios. Los 109 diputados andaluces y el personal de servicio de la Cámara autonómica andaluza ya tenían prohibido fumar desde hace años en la iglesia renacentista de este hospital sevillano, que alberga el salón de plenos. Una de las cuestiones de la nueva normativa contra el tabaquismo aún no suficientemente aclaradas en Sevilla es si la prohibición de fumar afectará también a las centenares de casetas que conforman la Feria de Abril. Aunque todas ellas deben de contar para su apertura y funcionamiento con una preceptiva autorización administrativa, la mayoría de sus propietarios y usuarios son socios privados que consideran a estos pequeños recintos de lona como una prolongación ociosa de su vivienda. La cuestión ha suscitado ya una encendida polémica entre los más recalcitrantes partidarios y detractores del tabaco sobre la que el Ayuntamiento hispalense no se ha pronunciado.