Los roscones más solidarios

La solidaridad tiene forma de roscón. En Bilbao, decenas de ciudadanos tuvieron ocasión de degustar el que se asegura que es el mayor roscón de reyes elaborado hasta el momento en el mundo; no podía ser menos tratándose de Bilbao. Los beneficios de esta iniciativa no son sólo para el paladar sino también económicos y se dirigen a colaorar en las actividades de la oenegé Tierra de Hombres. Pero no sólo fue Bilbao la ciudad solidaria. En Madrid, cientos de personas desafiaron hoy al frío para degustar, en la Puerta del Sol, una de las más de 20.000 porciones del roscón de reyes elaborado por una docena de maestros pasteleros a beneficio de Aldeas Infantiles. El roscón, que pesó aproximadamente dos toneladas, se elaboró con 1.200 kilos de harina; 3.700 huevos; 200 kilos de azúcar; 200 de mantequilla; 100 de levadura; 75 de piel de naranja; 60 kilos de fruta escarchada; 25 kilos de sal y dos litros y medio de agua de azahar. Para acompañar este dulce y entrar en calor, sobre todo después de largas horas de espera, los organizadores repartieron, también de forma gratuita, vasos de plástico con chocolate caliente. «Merece la pena venir a comer roscón», dijo encantado José Luis Gómez, un madrileño que no dudó en madrugar -llegó a las 06.30 horas de la mañana- para degustar este producto típico de reyes. «La tradición es la tradición y yo no me pierdo una; vengo todos los años», dijo. Desde primeras horas de la mañana se formaron largas colas de impacientes ciudadanos que, en un ambiente festivo, como es la víspera de reyes, se mezclaban con los turistas y con los madrileños que recorrían las abarrotadas calles comerciales en busca de los regalos de última hora. El defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, que fue el encargado de cortar el primer trozo de roscón, manifestó que este tipo de iniciativas sirven para recaudar fondos -a través de los donativos-, y para sensibilizar a la sociedad de que hay muchos niños que están sufriendo en el mundo. «Muchas veces no nos damos cuenta de lo privilegiados que somos ante tanta desgracia que existe en el mundo y que afecta fundamentalmente a los niños, a las mujeres y a los mayores», comentó. En este sentido, resaltó la labor que realizan organizaciones como Aldeas Infantiles que, según dijo, «muchas veces son ignoradas». «El consumismo no nos permite ver la grandeza de esa actuaci ón humana y solidaria», apuntó.