Diario de León
Publicado por
Antonio Núñez
León

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LA GENTE está más que razonablemente harta de que en este país -Dios nos libre de llamarlo nación, para no herir susceptibilidades- sólo se hable desde hace dos años del Estatut. ¿Que sube la luz y se apagan las minas de carbón? Eso es por la opa a Endesa. ¿Qué se disparan las hipotecas? Pregunte usted en la ventanilla de la Caixa. ¿Que el niño suspende cuatro asignaturas y habla con faltas de ortografía? Seguro que se le traba la lengua porque es bilingüe, o sea burro en dos idiomas. ¿Que se agota el xamprada, pero hay excedentes de cecina de chivo? Es una dislocación del marketing debido al boicot a Freixenet, que en el Alto Ampurdán se compensa exportando a La Moncloa todos los cabritos que pueden. Y así a diario. La nómina de políticos nacionales a uno y otro lado del Ebro lleva debatiendo desde el 2004 -mejor sería decir que divagando- sobre si somos una nación o un gallinero, cada cual en su palo y con su bandera, si las autonomías son regiones o nacionalidades, si los gallegos y asturianos primos hermanos, si castellanos y leoneses cuñados, o si vascos y navarricos se distinguen en algo debajo de lo que tapa la boina roja (la sesera) y de lo que oculta el pantalón blanco como la cal (lo otro), que, puede que difiera o no, pero, en cualquier caso, debe ser protegido adecuadamente en los sanfermines porque no vea usted lo que duelen ahí los chinchones. En cuanto a los andaluces ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos para comerse las eses y las zetas: se ve que no hay para comer todos, salvo en casa de Pedro Domecq. Incluso en mi familia, donde está prohibido hablar de política cuando nos juntamos todos por Navidad, empieza a tambalearse el árbol genealógico, porque a la hora de editorializar en la sobremesa sobre el Gobierno un hermano habla como El País , la cuñada como la Cope a tope, otro hermano intenta templar gaitas con el Diario de León, y menos mal que un sobrino que vive en Ermua se ha dado de baja del Gara . Es de lamentar que en este tipo de eventos familiares no quede ya nadie en casa suscrito al Calendario Zaragozano , que es el más fiable de toda la vida, con la que está cayendo. Quizá el único en León y España que tenga visión de Estado sea el Tío Caquichu, honorable patriarca de la gitanería cazurra, que cuando reúne a los suyos, probablemente más numerosos que los catalanes, ni les llama como nación, ni por apellidos, ni por el alias. ni leches: da una voz y se junta toda la tribu. A lo payo eso se llamaría España. Pero al presidente Zapatero, falto de la experiencia y autoridad del Tío Caquichu, se le desmandan los nacionalismos como en casa de mi nadre las nueras por Nochebuena, con lo fácil que sería que todos fuéramos una gran familia. Es verdad también que las peores disputas y las más amargas son las fratricidas -la prueba son las herencias- de ahí la maldición del gitano, aquella de «pleitos tengas y los ganes». En el asunto del Estatut y su financiación con los impuestos del resto de España es lo mismo que yo le deseo a Maragall, Carod y compañía. En el refranero payo se dice que arrieros somos. O, con paciencia y sabiduría de pueblo, que el tiempo siempre da la razón a quien la tiene y que lo mejor es sentarse a la puerta a ver pasar el cadáver de tu enemigo. El problema con Zapatero es, si encima, llueve. Hubo una época en la que servidor pensaba que el problema catalán, como el vasco, podría solucionarse con medidas elementales del estilo de levantar un muro y allá se las compongan entre ellos, pero que dejen de marear a los demás. Es lo mismo del chiste del naúfrado que recaló con su ex mujer en una isla desierta y lo primero que hizo fue tapiarla por la mitad. Hoy, por el contrario, uno opina que, si los catalanes no quieren ser como los demás, nosotros, de puro demócratas, deberíamos nacionalizarnos todos catalanes para ser iguales en derechos y deberes. He aquí una solución salomónica que no se le había ocurrido a nadie, incluido el presidente del Gobierno, cuya política está igualmente a medias entre la del rey bíblico y el rey del pollo frito: todo es cuestión de trinchar por la mitad. O sea, a partir de mañana todos del Barça, lo que no deja de ser una huída hacia adelante en el Estatut como las que hace Eto'o en la liga. Dicen que el delantero centro es tan rápido porque de pequeño aprendió a correr delante de los leones o detrás de una cazuela, según opiniones. Ahora bien y volviendo a los nacionalismos. Aceptado que salga bien lo del Estatut de Cataluña. ¿Qué hacemos luego con los del Athletic de Bilbao? Buena pregunta, porque detrás vienen los del Celta con su reino galaico de los suevos y los andaluces con los vándalos -de ahí el Al Andalus- al grito histórico de «viva el Betis, manque pierda». El futuro es una quiniela.

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