Descifran cómo ha evolucionado la risa en los últimos siete millones de años

Si algo caracteriza a la condición humana es su condición de reír. En todos los tiempos la humanidad ha reído, ríe y seguirá riendo. La risa o la sonrisa pueden producirse de forma espontánea, como respuesta al buen humor o a estímulos emocionales o sociológicos adecuados, o bajo el comando de la voluntad, el artificio y la falsedad. Sin embargo, se sabe muy poco acerca de los mecanismos neurobiológicos que la provocan. Lo único que se conoce es que aunque no existe un centro de la risa en el sistema nervioso central, parece ser que estructuras neuronales como el sistema límbico (hipotálamo y ganglios basales), la corteza prefrontal y el área motora suplementaria están relacionadas, además de con la risa, con la adaptación y el reforzamiento social. Diversas hipótesis apuntaban a que la risa surgió y evolucionó para aumentar la sociabilidad, las habilidades de cortejo o el entrenamiento para el combate por medio de juegos. Ahora, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Binghamton (Nueva York) explica que a partir de la evidencia obtenida de distintas disciplinas se ha logrado descifrar la trayectoria evolutiva de la risa durante los últimos siete millones de años. Según se recoge en las conclusiones, la risa evolucionó hace unos tres millones de años a partir de los sonidos emitidos por los primates al jugar siendo suscitada por los juegos comunitarios efectuados en periodos de seguridad. Hace dos millones de años que nuestros antepasados fueron capaces de controlar el sistema motor facial, lo que dio como resultado que la risa fuera un gesto asociado con distintos estímulos, incluidas las pausas y entonaciones estratégicas durante una conversación. Según ha afirmado Matthew Gervais, director de la investigación, en la actualidad los seres humanos podemos acceder voluntariamente a la risa o utilizarla para hacer más distendida una conversación, interactuar con un interlocutor o manifestar condescendencia con aquellas personas que no son de nuestro agrado. Sin embargo, existen distintos estudios neurofisiológicos y de la conducta que han demostrado que la risa puede ser algo más que una respuesta a un estímulo más o menos gracioso. Todo son beneficios Por otra parte, una investigación dirigida por Michael Miller de la Universidad de Maryland (EEUU) en la que se mostró a un grupo de voluntarios una película cómica ha confirmado que la risa es buena para la salud ya que mejora el funcionamiento de los vasos sanguíneos pues parece estar asociada con la dilatación del tejido interno de los mismos, el endotelio, lo que favorece un mayor flujo de sangre. Por el contrario, cuando les fue mostrada una película que producía estrés, los vasos sanguíneos sufrieron una contracción y redujeron el paso de sangre lo que demuestra, según los autores del trabajo, la relación entre estrés mental y estrechamiento de venas y arterias. El endotelio está relacionado con la regulación del flujo sanguíneo, la coagulación y la densidad de la sangre; segrega sustancias químicas en respuesta a heridas o infecciones y, además, juega un importante papel en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. En este sentido, Miller ha afirmado que aunque se desconoce si los beneficios para la salud se deben al movimiento de los músculos del diafragma o a la liberación de endorfinas durante el acto de reír, está comprobado que el óxido nítrico interviene en la dilatación del endotelio y que el estrés reduce o inhibe su producción, dando como resultado el estrechamiento de los vasos sanguíneos.