Batalla legal en Noruega para dejar conectada a una niña

Es la historia de un padre que lucha por agarrarse a la barandilla de la esperanza, como si con ella lograse mantener la vida de una niña de pelo de oro y grandes ojos, que desde hace cuatro meses permanece irremediablemen-te dormida sobre una cama del Hospital Universitario de Bergen, en Noruega. La conciencia ética de los noruegos es incapaz de esquivar la estirada sonrisa de Kristina Hjartåker, de cuatro años, que permanece en coma después de que un deslizamiento de tierra y lodo sepultase su casa y su vida. El 14 de septiembre se cayó el cielo en el sur de Noruega. Las espectaculares lluvias inundaron la ciudad de Bergen, pero nadie po-dría imaginar que la tierra también mordería la casa de Oddmund y Helen y de sus tres hijos, sacudiendo la vida cerca de los fiordos sureños de esta región escandinava. Helen y su pequeña Kristina permanecieron comidas por la tierra durante cuarenta minutos. Los médicos no pudieron hacer nada para salvar la vida de la madre, pero la esperanza daba una segunda oportunidad a Kristina, que desde entonces se mantiene en coma y conectada a un respirador artificial. El equipo sanitario del Hospital de la Universidad Haukeland decidió el viernes que había llegado el momento de desconectar la sonda. Pero el padre dijo que no. Y ahora los tribunales se enfrentan al primer caso planteado por la familia de un paciente que se niega a que los médicos practiquen la eutanasia dentro de los términos que regula la ley. Odmund Hjartaker dice que mantiene comunicación visual con su hija, que ella entiende lo que dice.