Todo el mundo te busca

EN ESTOS tiempos está de moda acusar a los cristianos de todo lo habido y por haber. En alguna ocasión las acusaciones pueden estar fundadas en la realidad. En otros muchos casos se deben al clima de rupturismo y de provocación que imperan en el ambiente. Ya se sabe que atacar a la Iglesia cuesta poco y puede resultar rentable. La estrategia es bastante simple. Se pregonan a bombo y platillo los defectos en los que han caído los cristianos y se oculta lo bueno que han llevado a cabo. ¡Porque algo bueno han hecho! En su primera encíclica, Dios es amor, el Papa Benedicto XVI ha presentado un pequeño resumen de las obras sociales que, en nombre del amor, los cristianos han realizado a lo largo de los siglos. Llega a recordar el Papa cómo el emperador Juliano el Apóstata escribía que el único aspecto que le impresionaba del cristianismo era la actividad caritativa de la Iglesia. Algo parecido dice hoy la escritora Oriana Fallaci cuando se presenta como una «atea cristiana». No cree en los dogmas de la fe, pero confiesa sentirse cautivada por los valores morales del cristianismo. Servidumbre y servicio El evangelio de hoy cuenta que Jesús curó a la suegra de Pedro. Es un relato tan breve como significativo (Mc 1, 29-39). Una mujer está cautiva de su fiebre. Jesús la toma de la mano. Y ella se levanta y se pone a servir a sus huéspedes. Evidentemente, hay un paso que va de la servidumbre al servicio. Y es Jesús quien lo hace posible con un gesto -el de tocar a una mujer enferma- que no era bien visto en un rabino. Peor visto era eso de quebrantar el descanso sabático, aunque fuera para curar una enfermedad. Esos dos detalles, que el relato parece querer subrayar, indican que Jesús mismo es la nueva Ley que viene a sustituir a la antigua. Por otra parte, el relato nos refiere, además, que Jesús curó a muchos enfermos de diversos males. En contra de lo que sugiere la película «Jesucristo Superstar», Jesús no rechaza a los que sufren, ni se siente aplastado por las gentes que acuden a él. En él se muestra el poder de Dios. Y también su misericordia. Búsqueda y encuentro «Todo el mundo te busca». Con estas palabras, los discípulos primeros dejan constancia de la multitud que se llega hasta el Maestro. Pero esa frase resuena como un lema que no puede quedar en el olvido. ¿ «Todo el mundo te busca». Ni que decir tiene que esa observación habrá de referirse en primer lugar a los mismos seguidores de Jesús. La fe no es verdadera si no se manifiesta cada día en la búsqueda fiel de Aquél en quien se dice creer. Y buscar a Jesús implica prestar atención a su mensaje y seguirlo con generosidad. ¿ «Todo el mundo te busca». Pero esta observación nos recuerda que, en medio de un mundo marcado por la indiferencia, la increencia y aun la persecución a los creyentes, hay muchas personas que andan buscando el rastro de lo religioso. Habrá que ayudarlas a pasar de creer en algo a creer en Alguien. - Señor Jesús, muchos buscaban en ti la curación y la salud. Queremos buscarte por lo que tú eres. Muéstrate a este mundo «para que te encuentre el que te busca». Amén.