Plasma, hasta el de las pantallas

De cada 100 españolitos de a pie, la mitad no puede donar sangre, porque o bien pasan de los 65 años o no llegan a los 18. A los 50 restantes, se les descuentan los 20 que padecen enfermedades crónicas. Los 30 resultantes darían una cifra bastante aceptable si no fuera porque 12 tienen fobias declaradas a las agujas o a la sangre, y como quiera que de los 18 que finalmente resultan potencialmente disponibles, hay 4 que no tienen especial intención de ponerse a ello, resulta que solamente hay 12 pares de brazos hábiles por cada centenar de mortales para hacer frente a las necesidades de sangre en el país. Resumen: es necesario buscar nuevas alternativas para fomentar el hábito entre la población. Así que puesto el caso, si es necesario meterse en un museo de arte contemporáneo a fomentar la solidaridad sanguínea, se hace y punto. La Hermandad de Donantes dispone todos los miércoles y los últimos sábados de cada mes una sala del Musac, que compagina el tema artístico con el solidario. Remix Buildings Bloodsushibank es una estructura arquitectónica que incorpora las funciones de alimentación y donación de sangre. Forma parte de la exposición F usión: Aspectos de la cultura asiática . Alicia Framis hace de León el primer punto de España en el que lanza una propuesta ya exitosa en Holanda, Francia y Alemania. Un espacio teóricamente despersonalizado e higiénico, como debiera ser el que se utiliza habitualmente para las donaciones, se convierten una superficie cálida y confortable, rodeada de un aura de lujo. Más de una sorpresa Y la sorpresa salta en cualquier esquina: «El viernes, se nos presentó un grupo de jóvenes, que venían a donar sangre. Les advertimos que no podían consumir alcohol en las siguientes horas y nos dijeron que el fin de semana, su diversión era donar. Y otras veces hemos tenido gente que lo hace por apuestas, por poner un ejemplo» señala Laura García, la doctora que se hace cargo del turno de la tarde. Para añadir el aporte cultural que se le supone a la exposición, al donante que acude al Musac no se le entrega un bocadillo, se le sirve un sushi: un sentido de delicadeza y fragilidad. El subdelegado de Gobierno en León, Francisco Álvarez, y el presidente de la Asociación Nacional, Martín Manceñido, hicieron uso en la mañana de ayer de la sala, una recreación de un hospital, cerrada por muros acolchados y asientos forrados con vendas blancas, que incitan al diálogo mientras se espera...