Diario de León

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León, andar y comer

Comienzan las Jornadas de la Cocina Autóctona Leonesa en el Mesón del Hotel Conde Luna

Publicado por
Marcelino Cuevas - leon@diariodeleon.es
León

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Viajar y llantar Andar y ver, conocer paso a paso las bellezas paisajísticas y monumentales, llevarse el polvo del camino en las sandalias, vivir las tradiciones escondidas en el alma popular de cada enclave, son frases expurgadas del catecismo de los viajeros románticos. Hoy, en vez de gastar las suelas de las sandalias peregrinas, se queman las llantas de los neumáticos de veloces automóviles, se mira con mal disimulada prisa¿ y se come, se llega al espíritu de cada lugar, de cada pueblo y ciudad, a través de la gastronomía. El andar y ver se ha trocado por el viajar y comer. Todos aquellos coetáneos que visiten León en los próximos días, van a tener una impagable oportunidad de comer y conocer, de disfrutar de las más exquisitas delicias de la cocina autóctona de León, en las jornadas que ya comienzan en el Mesón del Conde Luna, una cita anual que cada vez tiene más seguidores. También los leoneses de toda la vida se llevarán muchas sorpresas agradables en este ciclo gastronómico, pues al igual que hay gran número de ciudadanos de la capital que nunca han visitado el interior de la Catedral o San Isidoro, también hay innumerables leoneses que no conocen los secretos gastronómicos que estas tierras atesoran. Los cocineros Ángel Escobar y Pedro González realizan a lo largo del año un importante trabajo de recopilación y recreación, buscan las antiguas recetas en los lugares más remotos de la provincia leonesa, y las visten con nuevos ropajes, para hacer con ellas una gran labor de difusión de la cocina que desde las épocas más remotas se hacía y se hace en los fogones del Viejo Reino de León. Con imaginación Cierren los ojos e imaginen a los maceros del ayuntamiento en formación, la música de la dulzaina y el tamboril modulando las notas de una jota y los danzantes, por ejemplo maragatos, desplegando las bellezas de sus trajes típicos en una danza atávica y vistosa. Imaginen también que de algún misterioso lugar empiezan a llegar aromáticos efluvios, vapores que alimentan. Abran los ojos, porque un cortejo de elegantes careros comienza a servir el más leonés de los menús. Comienza la ceremonia con un Cazuelo de sopas de la tía Casilda, hechas con pan de centeno, acompañadas de sabrosas Croquetas de mondongo (morcilla), o Cecina de León con reboja torrada, Cebolletas de Valdesogo con crema de queso de Valdeón, Pitanza cazurra, con sus pimientos verdes, ajo, puerros y trucha marinada, el Arroz con costilla y las sensacionales Alubias de La Bañeza con cangrejos de río, para empezar. Después, el asistente a estas jornadas puede elegir entre Huevos de curra rotos con salsa de tomate de Mansilla, Chamorrillos de bacalao, Morcillo de jato guisado, Pizpierno con berza y cachelos (codillo con salsa picante), Lomo de cordero con tronchos, Mollejas de ternera a la moda (guisadas con manos de cordero y morro de ternera) y Congrio al estilo de León, en picante ajo arriero. También en los postres se demuestra el enorme poder evocador y literario de los cocineros del Conde Luna a la hora de poner títulos a sus obras maestras. Así nos encontramos con Perfecto de manzanas del Bierzo, Papos de rana (pequeños canutillos con crema), Pastel de calostros, El postre que le sirvieron al obispo de Astorga (un delicado dulce de arroz con leche) y, cerrando, el Surtido de quesos de León con dulce de Membrillo. León a través de su cocina, unas jornadas para disfrutar de lo más sabroso de la gastronomía del Viejo Reino.

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