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Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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HAY suficiente hilo en el telar como para tejer una buena alfombra que poner a los pies de nuestras creencias. Y es que el Espíritu Santo ni tiene descanso ni ha nacido quien lo detenga. Aunque a veces uno se pregunta en qué estará ocupado cuando tenemos tantas asignaturas pendientes. Pendientes de un empujoncito a tiempo y en la dirección acertada, porque, si no, apañados estaríamos. O sea, que quedamos en que el aliento de Dios sigue rondando por nuestros puntos cardinales y enardeciendo nuestros pulsos. Que sí. Los fieles del Islam, poco a poco, van copando enclaves liberados de cristianismo y haciéndose un hueco en la geografía de las religiones entre nosotros. Al margen de otras interpretaciones (de temibles deslices fundamentalistas y de malditos ramalazos terroristas), bueno es que por aquí caigan personas profundamente creyentes en un Dios personal y único, que no se ha desentendido del género humano y de su historia. Nos dan, en algunos casos y circunstancias, ciento y raya a los cristianos viejos -y encallecidos- que somos nosotros y no dejan de ser una denuncia inquietante en medio de una sociedad que se escora de forma alarmante -y parece que creciente- hacia materialismos, egolatrías y relativismos. El comentario nos lo sugiere la noticia de que avanza con buen ritmo la mezquita que está construyéndose en León, en el corazón del antaño barrio ferroviario de El Crucero, en una calle de nombre tan poco amistoso como es el de Doña Urraca. Que sea para bien. Y que nos abra la puerta a un enriquecedor diálogo interreligioso. Sé que es pedir demasiado, lo sé, pero por pedir que no quede. Porque, otra cosa: un día u otro a estos buenos muslimes les llegará paco-con-la-rebaja de la secularización, que acabe con los malos humos y les abra a una pretenciosa alianza de civilizaciones. Y a los caminos que conduzcan al diálogo y al encuentro y a la colaboración y a la oración compartida y a comunes proyectos de futuro sin afanes ni proselitistas ni de tendencias absorbentes y excluyentes. Veremos, dijo un ciego. Que con los admirables adelantos en oftalmología, en este caso podrá llegar a ver. Crecemos. Ya lo creo. Algunos datos que muestran cómo. Tomen nota de que hace unos días se abrió el libro de bautismos de la nueva parroquia ponferradina del Buen Pastor, en el polémico Barrio de La Rosaleda. La cosa tuvo lugar el pasado domingo y la primera criatura cristianada fue una niña -en cuestiones de Iglesia, y de iglesia, las mujeres siempre han sido adelantadas-, que recibió el precioso nombre de Patricia, hija de Natalia y de Luis. El animoso párroco, D. Máximo, ya ha tenido tarea en esta cultura postcristiana: le ha tocado evangelizar la demanda, como no puede ser menos. Parece ser que con buen resultado. O así lo esperamos todos cuantos miramos con ojos esperanzados este brumoso futuro. Más. La Obra Hospitalaria de Nuestra Señora de Regla, encajada a la sombra norte de la Catedral leonesa, con fachada chula de escudos nobiliarios y piedras numeradas a causa del desarraigo de su lugar de origen en la tierra de los antepasados de la figura balompédica apodado «Guti», se ha remozado. Pertenece a la diócesis y el Obispo fue quien procedió a la bendición de la segunda planta, dedicada a cirugía, con treinta y dos habitaciones. Todo un símbolo. Don Julián, el Obispo, lo dijo así de bien: «Esta Obra Hospitalaria ha de ser verdaderamente imagen de la Iglesia en su solicitud por las personas que sufren». Salud, tiempo y posibles para renovar todo lo demás. Sigamos. El próximo lunes comienzan las emisiones que la diócesis de León incorpora a la parrilla de «Popular TV», que se ve en la capital, en el canal 46 UHF. Habrá tertulias deportivas y políticas, noticiarios, reportajes... y media hora semanal de información de nuestras realidades cristianas. El programa se llamará «Pantalla diocesana» y lo podrán ver los jueves, a las 21,30 horas. El esfuerzo personal y económico bien merece una buena acogida. Sea.

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