La Iglesia advierte de que los padrinos no pueden estar divorciados

El canciller del Arzobispado de Santiago de Compostela, Elisardo Temperán, advirtió el viernes a los sacerdotes de que es su responsabilidad cumplir la normativa sobre el bautismo, por lo que deben comprobar que los padrinos no son personas divorciadas o casadas por lo civil. Temperán explicó en una conferencia de prensa que el canon 874 del Código Canónico plantea que para que una persona pueda ser padrino ha de ser elegida por quien va a bautizarse, por sus padres o por quienes ocupan su lugar; ha de haber cumplido 16 años, ser católico, estar confirmado, haber recibido la Eucaristía y que lleve una vida «congruente con la fe». Esta normativa ha sido publicada en el Boletín Oficial del Arzobispado de Santiago en su número de enero y con ella, explicó, se intenta «revalorizar» la figura del padrino, que no es «decorativo» sino que «tiene una grave responsabilidad respecto a la fe del niño que va a ser bautizado o confirmado».