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Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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SE ENTIENDE O DEBE ENTENDERSE por «crisis abierta», cierta situación, sobre la cual gravita la amenaza seria de ruptura, catástrofe o amenaza seria. Se puede hablar con cierto fundamento de crisis religiosa, que es aquella que aqueja a determinados espíritus hundidos más o menos en la duda o en la herejía; y crisis económica, por ejemplo, para no indagar más, aquella que suele padecer la sociedad española, así que los encargados de las finanzas generales del país, aseguran que vamos bien. Según los extensos y densos rumores que se extienden por todo el haz de la España profunda, que por cierto no tienen nada que ver con la España de los estatutos, de concentraciones ni con preferencias ideográficas, el PP (Partido Popular entre los compañeros de viaje) anda de crisis en crisis y tira porque le toca. Y a medida que el rumor se extiende, aparece petulante y hasta provocativo el capítulo de las negociaciones. El PP se asegura para contradecir a los infieles que está firme como la Roca Tarpeya y es capaz de resistir muchas mayores tempestades que aquella que dio con los barcos de «La Invencible» con sus proas contra las otras rocas, esta vez la de Drover, que son peñascos pertenecientes a Inglaterra, como la roca de Gibraltar. La visita de Don Mariano Rajoy a este León de nuestros pecados, ha despertado sospechas, cautelas y hasta posiciones de muy difícil mantenimiento. Pero da lugar a sostenello y no enmendallo la frase contundente, como todas las suyas, aunque se equivoque, la paloma, se ha encargado Don Ángel Acebes, que nunca da una partida por perdida, el cual diciendo lo que no quisiera decir, como los poetas ultraístas, se adelanta a las canilejas para decir que la dirección nacional «analizará la situación del PP de León para frenar la crisis abierta». Ergo, hay crisis. Y además abierta. Para subrayar, que no para corregir tan complicada situación política como la que tenemos encima o debajo, el señor alcalde de la ciudad, Don Mario Amilivia, declara: «Si a alguien le molestó que anunciara el viaje del presidente, que se fastidie». ¿Y por qué podía molestar a nadie la venida de Don Mariano, gallego bien ilustre y de temple porque el partido le impusiera el viaje? ¿Es que acaso la crisis abierta en León, pudiera ser motivo de quebranto político? La señora presidenta provincial del PP, descartó ciertas habladurías de fieles sobre diálogos o monólogos sobre sucesos que aún están por llegar, y acredita su independencia, asegurando que por lo que concierne a su función específica, no le gusta hablar hasta que el oso no esté muerto y bien muerto. Se hablaba de candidatos locales y se sugería que todos dejáramos de hablar, hasta que el presidente diga la primera y la última palabra. ¿Hay crisis o no?