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Descubierto un mecanismo para la comunicación entre las células

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A. Álvarez - león
León

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Según informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), investigadores de este organismo han participado en el descubrimiento de un nuevo mecanismo de comunicación celular, a través de las proteínas llamadas Gq y G11, encargadas de regular importantes funciones sanguíneas, hormonales y neuronales. Los datos obtenidos ayudarán a conocer mejor la fisiopatología de órganos como el cerebro, el corazón o la glándula suprarrenal. El estudio, cuyas conclusiones aparecen publicadas en la edición digital de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (PNAS), ha sido coordinado por el farmacólogo canadiense Douglas Bayliss, de la Universidad de Virginia (EEUU), con la colaboración de los investigadores del CSIC Félix Viana y Ana Gomis. El investigador del CSIC Félix Viana describe de manera gráfica el hallazgo: «Las células son como un inmenso territorio cubierto de poblaciones, las proteínas, comunicadas por multitud de carreteras. Nosotros hemos descubierto un camino alternativo a las vías ya conocidas. Ahora tenemos que averiguar si es una vía de comunicación muy transitada, y si conduce a muchas poblaciones distintas». Los receptores acoplados a proteínas Gq y G11 cumplen importantes funciones en la coagulación sanguínea, la regulación de la liberación de hormonas hipofisarias, la función de la glándula tiroides, la función renal y la excitabilidad neuronal (incluyendo los ritmos de vigilia-sueño), entre otras. Los hallazgos sobre la modulación de los canales de potasio, presentes en tejidos del cerebro, el corazón, el aparato digestivo o la glándula suprarrenal, pueden mejorar el conocimiento fisiopatológico de estos órganos. En el caso del sistema nervioso, la modulación de los canales TASK está implicada en los mecanismos de acción de los anestésicos generales o la sensibilidad a la hipoxia (falta de oxígeno en el cerebro). El papel de los receptores, de los que existen 900 variantes en el genoma humano, es esencial para la vida, ya que transmiten los estímulos originados en el medio externo a las células que componen el organismo. El siguiente paso de la investigación será identificar las partes de la proteína G y el canal iónico que operan en la interacción, es decir, «la llave y la cerradura del mecanismo», según aclara Viana.