Hwang declara por primera vez sobre el uso ilícito de dinero público

El investigador coreano Hwang Woo-Suk aún no ha tocado fondo después de que a principios de año se descubriera que falseó una investigación para demostrar que había clonado embriones humanos y obtenido células madre embrionarias a partir de ellos. Después de protagonizar el descenso más vertiginoso, en el mundo de la ciencia, de las alturas del éxito al infierno de la desacreditación, Hwang vivió ayer una nueva etapa de su calvario particular con el inicio del interrogatorio ante la justicia de su país por un presunto delito de uso fraudulento de fondos del Estado. El Gobierno coreano había financiado los experimentos de su hasta hace poco héroe nacional con diez millones de dólares. Los fiscales, que ya han interrogado a más de medio centenar de personas involucradas en uno de los mayores fraudes científicos de la historia, se plantean pedir una pena de hasta diez años de prisión para el científico. También tratan de averiguar si Hwang violó las leyes de bioética del país al comprar óvulos humanos para realizar sus experimentos. El investigador, por su parte, insistió en su teoría de que es víctima de una conspiración para desacreditarlo y acusó de la falsificación de datos a un grupo de investigadores jóvenes que trabajan para una clínica de reproducción asistida en el país. Ésta es la primera vez que Hwang es interrogado por los fiscales desde que en enero empezó la investigación para determinar su uso fraudulento de fondos públicos. A pesar de que ya está desacreditado como científico, todavía conserva importantes apoyos entre la población, que veía en sus experimentos un remedio para enfermedades degenerativas hoy en día incurables, como el alzhéimer o la diabetes. De haberse convertido en un héroe por haber convertido a su país en una potencia biotecnológica, ahora Hwang se enfrenta a la cárcel. Conocido como el Al Capone de la ciencia, este veterinario norcoreano no sólo se inventó los datos para conseguir prestigio, sino que además se lucró con sus falsas investigaciones, consiguiendo hasta 32 millones de euros. Después de que los fiscales le intervinieran sus ordenadores e investigaran diversas cuentas bancarias, sobre Hwang pesan acusaciones de malversación de fondos. Si todo esto se demuestra, el veterinario en otro tiempo célebre podría pasar hasta diez años en prisión.