Cosas de aquí | Fenómeno vacuno en Paradaseca
Parto de jatos elevado al cubo
Una vaca da a luz tres terneros en Paradaseca (Villafranca). Ni los propietarios del animal, ni los propios veterinarios de la Junta daban crédito al singular resultado del alumbramiento
La genética, los pastos frescos, la sana alimentación del Bierzo Oeste o tal vez los aires de la zona. El caso es que ni la propietaria de «Guapa», ni siquiera los veterinarios, conocen aún cuál puede haber sido el secreto del espectacular triple parto de la vaca. La localidad de Paradaseca, en el municipio de Villafranca, ha sido el escenario del singular alumbramiento. «Guapa» ha traído al mundo a nada más y nada menos que tres preciosos terneros en un parto múltiple que algunos veterinarios califican de «excepcional». El nacimiento tuvo lugar hace exactamente una semana y a nadie, ni siquiera a Lidia López, la dueña de la res, se le había pasado por la imaginación que a partir de aquella mañana su explotación contaría con tres nuevos miembros. «Sospechaba que iba a tener un parto gemelar, porque la vaca tenía mucha panza y la notaba muy incomoda, pero mi sorpresa fue enorme cuando los terneros fueron tres», señaló la propietaria. Los jatos, dos hembras y un macho, de 22, 18 y 30 kilogramos de peso respectivamente, nacieron por este orden, en un parto natural sin asistencia, y tanto ellos como su madre se encuentran en perfecto estado. Algo que todavía le añade una dosis más de curiosidad al caso, según señaló Darío Martínez, el veterinario que atiende la explotación ganadera. «Es algo poco frecuente. En vacuno lo normal son partos de una sólo cría, dos es ya algo excepcional, pero tres y que encima sobrevivan las tres es cosa de libro, es una anécdota científica», subrayó. La feliz matrona, «Guapa», es un ejemplar de la raza Asturiana de los Valles que llegó a la aldea de Paradaseca con su carta correspondiente -una especie de pedigrí vacuno de pureza-. Fue hace once años y desde entonces ha pasado ya por ocho partos -empezó a los tres años-. Pero en ningún caso dio a luz a más de un ternero. El padre, «Urogallo IV» En la concepción, en todo caso, debe haber jugado un papel bastante especial «Urogallo IV», un toro semental, también de la raza Asturiana de los Valles, y lógicamente también con carta. Al progenitor, en todo caso, no se le ha vuelto a ver con los retoños, que pasan prácticamente todo el día retozando y alimentándose con su madre por los prados del contorno.