Diario de León

CRÉMER CONTRA CRÉMER

Opas con onda

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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CUANDO ME PREGUNTA mi tía la del pueblo sobre el significado del término opa, del que tanto se prodiga en este tiempo por tantísimas razonas complicado y absurdo, me apresuro a declarar que yo no sé lo que es una opa, ni quién la mueve, ni por supuesto quiénes son los que en realidad se quedan con la ganancia. Mi buenísima tía, que pensó siempre que lo de opa algo tendría que ver con el Obispado, resultó difícil de convencer de que ni el señor Obispo, ni el Cabildo Catedral, (que harto tiene precisamente con la Catedral y sus vidrieras), ni por supuesto el Gobierno tienen nada que ver. ¿O Sí? Porque, en vista de mis ignorancias, el, técnico en esta clase de juegos, manipulaciones u operaciones bursátiles, me informa de que por opa debe entenderse, ni más ni menos y para no perderse las bazas multimillonarias que algunas Sociedades o grupos de presión económica ejercen sobre los medios naturales de los pueblos para explotar estas riquezas comunes para su provecho parcial, particular. Como el negocio es múltiple y copioso los provechos, las asociaciones dispuestas a quedarse con las ganancias posibles son muchas y de muy distinto pelaje y nacionalidad. Cuando se declara que el dinero no tiene patria es absolutamente cierto. Y del manejo que las distintas opaS que se declaran en España, ha de deducirse forzosamente y usando términos emblemáticos, que en puridad por opa debe entenderse la lucha de tiburones por la captura de la pieza, aún a costa de manipular los dineros de los Estados. Parece éste un juego tortuoso y lo es. Por ejemplo la última Opa de la que se trata y de la que ni mi tía la del pueblo ni el sobrino que escribe, tienen idea clara, se dirige a quedarse con los dineros que sociedades de distinto pelaje pero ávidas de gananciales obtienen vendiendo la energía de los países, las tierras de las colonias, las comunicaciones de todo el mundo. España es ahora singularmente propicia para territorio de tiburones. Y se nos amenaza con un final de la sucia refriega ene l que los ciudadanos dejaremos la piel y las entrañas. Alemanes y catalanes, entidades bancarias y núcleos de presión están ejerciendo toda clase de martingalas para quedarse con la luz que nos alumbra, como se quedaron siempre con todo aquello que les reportara beneficio, desde los romanos hasta los Abderramanes. España a lo que se desprende de la conjunción de poderes con aspiración a quedarse con todo se está convirtiendo o está regresando a épocas históricas de infeliz memoria y todos son a querer comprar el derecho de su explotación. Al final de esta complicada batalla de rufianes obtendremos la dolorosa impresión de que el pueblo generoso y sufridor será mucho más pobre siendo el campo médico para experimentación de explotadores de opaS. A mí, tía del alma, esto de las opaS que nos acosan me hace llorar, quizá porque para soportar esta clase de juegos miserables, como diría Bergamín «Para poder curar hay que ser duro. Para poder vivir hay que matar. Hay que poner el pecho contra el muro para poder morir y no mirar».

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