El 40% del suelo español sufre grave desertización y un 6% es irreversible

La desertización afecta de forma grave al 40% del suelo español y resulta «ya irreversible» en un porcentaje de entre el 6 y el 8%, dijo el científico del CSIC José Luis Rubio, quien advirtió de que España es el país europeo más árido, desértico y con más incendios forestales. Coincidiendo con el Día Forestal Mundial que se celebró ayer, José Luis Rubio, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aseguró que, en España «tenemos los niveles más altos de erosión, sobre-explotación de acuíferos, incendios forestales y de salinización». «Potencialmente, dos tercios de nuestro país son susceptibles de desertización por condiciones naturales climáticas», añadió a Efe este investigador, galardonado con el Premio Jaime I de protección medioambiental en 1996, entre otros reconocimientos y méritos a su labor científica. En España, «la desertización es grave en el 40% del territorio e irreversible en un nivel de entre el 6 y el 8%», dijo Rubio, quien realiza su actividad en el Centro de Investigaciones sobre Desertización CIDE (CSIC, Universidad de Valencia). Los incendios forestales causan especialmente pérdida de masa forestal y erosión, además de impactos en las infraestructuras, en la agricultura intensiva y en las reservas hídricas, advirtió. «Nuestro país es el más árido del continente», agregó este experto, responsable en su actividad profesional de relevantes cargos como el de asesor científico de la Delegación Española en el Comité Intergubernamental de Naciones Unidas del Convenio de Lucha contra la Desertización en todo su proceso de elaboración. Según Rubio, quien además es autor o coautor de una treintena de libros, entre otras publicaciones, España es «un país de sequías y de lluvias torrenciales». Protección ecológica Por ello, prosiguió, resulta fundamental que la sociedad se sensibilice de ello, con medidas activas de protección ecológica por parte de los propios ciudadanos. «La sociedad española debe ser más ambientalista y más ecologista, y valorar más su entorno y protegerlo», añadió el científico. Algunas zonas, explicó, «se van desertizando y pierden capacidad para recuperarse y recolonizarse, y asimismo para infiltrar y retener agua, y cada vez, esos suelos se degradan más». El problema se complica aún más debido a los períodos de sequía y calentamiento, que ayudan a aumentar la erosión y los incendios forestales, de modo que la humedad de los suelos es progresivamente menor. Como soluciones, Rubio plantea ideas sugeridas por la comunidad investigadora en distintos foros, como la de establecer un organismo científico en España que proporcione asesoramiento para la recuperación del equilibrio ecológico. Propone un Observatorio para la lucha contra la desertización y la activación de un plan nacional para combatir ese problema, junto con medidas similares por parte de las administraciones autonómicas. El científico también insta a la adopción de medidas a nivel individual, como una mayor sensibilización ambiental y de conservación del suelo, del agua o de la lucha contra los incendios, entre otras. «Hay experiencias positivas que demuestran que se puede luchar contra procesos de degradación del territorio y se da la posibilidad de que España sea un país innovador para enfrentarse a los problemas ambientales graves», agregó. Se tendría que propiciar aún más el desarrollo científico para prevenir la degradación de los suelos, con técnicas de restauración del territorio, un mejor uso de los recursos hídricos y la incorporación de nuevas generaciones de tecnólogos.