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VIH: miedo al destino El estigma cotidiano Cinco muertos por gripe aviaria en Azerbaiyán

Un estudio pionero presentado por Sanidad confirma que los enfermos de sida son discriminados en el ámbito laboral, entrada o residencia en España y bienestar social

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Rafael Herrero - madrid colpisa | ginebra

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Si usted es portador del virus del sida, sus actividades y necesidades diarias pueden chocarse contra un muro interminable de incomprensión, rechazo o evidente discriminación, sin razones legales que justifiquen tales actitudes. Por desconocimiento o temor infundado, le pueden denegar un tratamiento médico, bloquear su acceso a un puesto de trabajo, tratarle desigualmente en un proceso judicial, expulsarle o impedirle residir en un país... Le pueden condicionar su derecho de acceso a una vivienda o a un determinado centro educativo, incluso quitarle la custodia de sus hijos. Por si fuera poco, podrían denegarle la contratación de un seguro de vida o de suscribir una hipoteca bancaria. Incluso en sus horas libres, podría ver neutralizada su intención de federarse en alguna actividad deportiva. «La sociedad les mata casi más deprisa que la propia enfermedad. Y es que el sida no es sólo un problema de salud, sino social, incluso cultural». El sombrío diagnóstico de la situación de casi desarraigo que siguen padeciendo las personas con VIH/sida, a punto de cumplirse los 25 años desde que se detectó el primer caso de esta epidemia en Estados Unidos, fue efectuado este martes por Peter Piot, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida). «Hasta que no se acabe con el estigma asociado a las personas que viven con el VIH, no se puede garantizar un avance significativo en la lucha contra el sida», agregó Piot durante una comparecencia en la que la ministra de Sanidad, Elena Salgado, presentó un estudio, pionero en España y uno de los primeros que se realizan en el mundo, que revela que en nuestro país persisten todavía situaciones de discriminación hacia las personas seropositivas. «Existe una actitud negativa hacia las personas que sufren el sida con actitudes que conducen a su discriminación. En la práctica cotidiana, la falta de información y conocimiento de determinados sectores sociales se resumen en el corolario del miedo al distinto», a pesar de que el sida no está catalogado como una enfermedad infecto-contagiosa. Legislación no discriminatoria El vanguardista informe, desarrollado en el 2005 y financiado por la Fundación para la Investigación y la Prevención del Sida en España (FIPSE), ha sido elaborado por la Universidad Carlos III de Madrid con la colaboración de Cruz Roja Española y la participación de diversas ONGs. Como precisó Salgado, sus conclusiones perseguían «detectar actitudes» sociales y no tanto erigirse en un trabajo de campo estadístico o de carácter cuantitativo, si bien sus resultados, aunque no generalizables, presentan un panorama parcialmente desalentador. El investigador principal del estudio, Rafael de Asís Roig, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, explicó que el trabajo de investigación, desarrollado durante cerca de ocho meses, revisó aspectos como la legislación, los reglamentos y procedimientos internos de organismos públicos y privados, y los asuntos relacionados con la práctica cotidiana de los portadores del VIH. El informe abarca múltiples ámbitos (sanidad, empleo, justicia, administración, vivienda, educación, seguros...) y refleja que, aunque con carácter minoritario, el tratamiento diferenciado y discriminatorio con las personas que tienen sida abarca todos las áreas de la vida diaria. El estudio concluye que la legislación vigente no es discriminatoria contra estas personas, aunque sí se han encontrado casos, afortunadamente aislados, en el análisis de los reglamentos internos de organizaciones, privadas en su inmensa mayoría, de los siguientes ámbitos: laboral, normas que regulan la entrada y residencia en España, bienestar social, seguros de vida y de asistencia sanitaria privados, y servicios bancarios y de acceso a determinados servicios públicos o privados. Pero es en el ámbito de la vida cotidiana donde el estigma que sufren las personas con VIH es más patente, ya que en las diez áreas de estudio abarcadas se evidencian prácticas discriminatorias, en algunos casos reforzadas con otras formas de diferenciación negativa por tratarse de mujeres o en función de la raza o la orientación sexual. En áreas concretas, donde las reacciones son eminentemente individuales y no de carácter institucional, las prácticas discriminatorias son evidentes. Por ejemplo, en el ámbito sanitario existen «prácticas negativas» que, aún siendo minoritarias, todavía persisten en la actualidad: aislamiento injustificado del paciente, la derivación no justificada a otro profesional, la realización de la prueba sin consentimiento informado o el marcaje especial de la documentación del paciente VIH. En el ámbito del empleo, las empresas son conscientes de que no se puede discriminar a una persona por su estado serológico. Pero se han recibido notificaciones de las que se concluye que a los seropositivos de les dificulta el acceso y el mantenimiento del empleo. Así, siguen detectándose empresas que preguntan en los formularios o durante las entrevistas de reclutamiento de personal si se es seropositivo. Otras consecuencias negativas para las personas que viven con la enfermedad son, por ejemplo, la aplicación errónea del criterio de enfermedad infecto-contagiosa al VIH para restringir el acceso a determinados servicios, como balnearios, residencias, pisos tutelados, becas de estudios o visados, cuando el sida no constituye impedimento alguno para al acceso a estos servicios ni riesgo de transmisión a otras personas. También se detectan actitudes similares en la contratación de seguros y, con ello, de acceso a créditos bancarios, como por ejemplo hipotecas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó este martes cinco casos humanos mortales por el virus H5N1 de la gripe aviaria en Azerbaiyán, de un total de siete pacientes que habían contraído la enfermedad. Un laboratorio británico corroboró estos siete casos tras el análisis de muestras provenientes de once enfermos, señala la OMS en su página web. Todos los pacientes enfermos de H5N1 tienen edades comprendidas entre 16 y 21 años. Seis de ellos son oriundos de la aldea de Daikyand, en la región de Salyan (sureste del país), y el séptimo residía en Tarter (oeste). Sus decesos tuvieron lugar entre el 23 de febrero y el 10 de marzo pasados. Estos casos elevan a 184 el número de pacientes que han contraído el patógeno virus H5N1 en ocho países del mundo. De ellos, fallecieron 103 personas. Azerbaiyán Por otra parte, la presencia en Pakistán de un primer foco del virus H5N1 de la gripe aviaria en aves del noroeste del país fue confirmada mediante análisis, indicó el ministerio paquistaní de Agricultura. El virus había sido detectado en dos granjas avícolas. Las muestras obtenidas de estas aves infectadas fueron enviadas al laboratorio británico de referencia mundial de Weybridge, que comunicó oficialmente los resultados, según confirmó el portavoz del ministerio, Mohamed Afzal. Este portavoz agregó que todos los exámenes realizados a los empleados de las granjas afectadas habían resultado negativos y que ningún caso humano había sido detectado. La epizootia podría arrasar con la industria avícola en Pakistán, donde las aves representan el 45% del total del consumo total de carne en este país de 150 millones de habitantes. India y Afganistán, Estados fronterizos de India, confirmaron la presencia de focos del virus H5N1 en su territorio. La semana pasada, las autoridades paquistaníes prohibieron las importaciones de aves provenientes de India e Irán. Las autoridades paquistaníes ordenaron sacrificar 25.000 gallinas en dos granjas afectadas de las localidades de Charsadda y Abbottabad después de que se confirmara la presencia del virus de tipo H5, común en los pájaros, el 27 de febrero. Numerosos paquistaníes dejaron de comprar aves.