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LO QUE YA SE SABÍA

Previene las enfermedades cerebrovasculares y cardíacas

Publicado por
León

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Los accidentes cerebrovasculares afectan al sistema nervioso y tienen su origen en problemas circulatorios. Estudios epidemiológicos llevados a cabo sobre más de 13.000 personas de edades comprendidas entre 45 y 84 años, considerados como bebedores moderados de vino (menos de 400 cc al día), permitieron comprobar que tenían un riesgo menor de presentar un accidente cerebrovascular en comparación con los abstemios. Otras investigaciones relacionan el consumo moderado de vino con un efecto protector sobre enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, como el Alzheimer. Las LDL son partículas que transportan colesterol y cuando se oxidan se convierten en cuerpos extraños que eliminan los macrófagos, hasta que éstos no pueden más y entonces se acumulan como colesterol en las arterias que pueden llegar a perder el endotelio, lo que finalmente hace que las plaquetas acudan a tapar la herida, produciéndose un coágulo que obstruye el paso de la sangre. Pues bien, el vino ayuda a reducir la cantidad general de LDL en la sangre, aumenta el HDL (lipoproteínas de alta densidad que retiran el exceso de colesterol de las células) y evita la oxidación de las LDL, disminuyendo así la agregación de las plaquetas. Además, las ventajas del vino para combatir las infecciones son conocidas desde hace mucho tiempo. El vino con agua en las comidas se usaba para prevenir las diarreas o como cataplasma para luchar contra las infecciones de piel. Incluso se comprobó que el cólera afectaba menos a los bebedores que a los abstemios. Asimismo, se pudo comprobar en un brote de salmonelosis en un banquete que afectaba menos a los que habían bebido vino. Estudios in vitro también han demostrado que el vino tinto era capaz de acabar de una forma rápida con el Helicobacter pylori, bacteria causante de diversas patologías gástricas como la úlcera.