Cara al bol

LOS LUNES, al sol... y salió una película. Los lunes, frente a Botines... y nos salió aquí una plantada ciudadana contra la violencia de género. Y los sábados, también a Botines... que hay cuatro con banderita y pancartona guineana de un cutre espantoso que se han conjurado para comparecer semanalmente en ese soleado recostadero oficial de jubiletas y deambulantes a fin de exigir autonomía para León, ya, coño, ya (y para que nos vayamos quedando con su cara). Queda dicho que son cuatro. Y procedentes de algún pénjamo o bercianía, según dicen. Quieren también asomarse a la foto y arrimar careto al guirigay autonomista que ya tiene más redentores que tropa... Allí, en matinada, se ponen cara al sol (la facha y las ideas; y alguno con pintas de pistolo), pero teniendo en cuenta que no son pocos los que se están arrejuntando a la causa del agravio y de la consigna voceada para vestirse de patriotas, más que cara al sol, creo yo que están cara al bol, al tazón colmado y migado, esto es, al pesebre, al reparto de gabelillas y a las caídas. Se apuntan. Hay leonesismo instalado en visagras corporativas y resquicios institucionales que ha demostrado incontestablemente que ese bol no sólo existe, sino que se llena a los adictos hasta «arramarse». Se publicó en estos papeles la foto esa de cuando el pasado sábado estrenaron la movida de la plantada ante Botines. Mira las caras que ahí aparecen; cada cual es un poema y hasta un estreotipo de psiquiatría pues se delata al instante quién es el jefe, el brazo armado, el pelotas, el jaleador y el acompañante que paga los vinos. En una futura «reducción» leonesa serían cecina de diosnoslibre (y ten por seguro que conseguirían ese empleo, sabiendo que aquí hay que distinguir empleo de trabajo, cosas bien distintas como todo el mundo sabe). Si como leonés siento vergüenza en muchas ocasiones, espero que nadie se ofenda si ve burla o desentendimiento en mi postura. Esta de la plantada de gatos y la banderita felina es una de ellas. Del León que esta gente represente, me borren por favor en el acto (o después del acto, si es que no me han dejado barrenado el culo). Lo que espero de los leonesistas sinceros y con nobleza en el corazón es que les pidan explicaciones. Aunque una gresca tampoco estaría mal.